La Champions League ha resucitado los vigores de Cristiano Ronaldo. Un 'hat-trick' al Wolfsburgo del portugués, convertido en el líder absoluto del Real Madrid, le catapultó de nuevo al estrellato. Una actuación que inevitablemente se comparó con la de su némesis, Leo Messi. El saldo fue muy positivo para el '7.'
La versión más gris del argentino salió a relucir en el Vicente Calderón. Se especula con unas molestias físicas del '10', pero en todo caso no pudo imponer su ley, ni siquiera ser peligroso para el Atlético. En la tarde-noche del miércoles se vivieron reminiscencias de 2014, del Messi más inoperante con el Barcelona del 'Tata'.
La diferencia entre el rosarino y Cristiano fue evidente en la ronda de cuartos de Champions, trofeo que puede (suele) decantar la balanza de cara al Balón de Oro. Con más de la mitad del año por delante, ya se empieza a mirar con lupa la hoja de méritos de cada uno de los dos aspirantes. Parece que, otro año más, la lucha será solo entre ellos.
Con una candidatura firme a la Bota de Oro (es Pichichi de la Liga BBVA), al luso le quedaría la asignatura pendiente de los títulos. Ahí, el pescado está por vender. Cierto es que la Liga está más fácil para el Barcelona, pero la baza de la Champions es importante, y el Real Madrid se ve con opciones. En esta competición, el '7' acumula 16 goles y podría batir el registro de tantos en una misma edición, que tiene él mismo con 17 (en el año de la Décima).
Así, puede que la Orejona sea decisiva. Como poco, ha puesto al de Madeira de nuevo en la lucha, cosa que parecía descabellada en los primeros meses del año. La competición fetiche del Real Madrid puede ser también la de Cristiano Ronaldo. La que le proporcione el pasaporte para su cuarto Balón de Oro.
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