
Salió como un héroe del Camp Nou, pero no hubo tregua en las informaciones que hablan de su futuro lejos del Real Madrid. Cristiano Ronaldo vislumbra el final de una etapa en el club blanco, ya sea a corto o medio plazo. Era cuestión de tiempo, y en Concha Espina ya están preparados para ello. Sus pasos así lo desvelan.
Todo gira alrededor de la idea de encontrar un jugador en el que descargar la responsabilidad de ser el estandarte del equipo, un futbolista franquicia. La solución de la directiva siempre pasó por Gareth Bale, pero no terminó de cristalizar hasta este curso, en el que el galés sí ha sido el jugador que se suponía que llegaba a la capital de España mediante el pago de más de 100 millones de euros. A partir de ahí, se han sucedido diferentes hechos concatenados que unidos en una sola imagen dan lugar a una reflexión: ambas partes, Cristiano y el Real Madrid, se preparan para el final de la relación.
El análisis hay que realizarlo con una premisa: la de la mala relación de Cristiano con la directiva, que empeoró a raíz del despido de Carlo Ancelotti. Esto tuvo su máximo ejemplo en la charla captada por as cámaras en las que Florentino Pérez pedía explicaciones al luso por sus declaraciones a un medio extranjero en el que no aseguraba que continuase en el equipo.
Tras el roce, el jugador expuso la posibilidad real de una marcha. La excusa del "todo puede pasar" fue usada por el '7', especialmente en los medios de fuera de España. El mensaje se aminoró en diferentes actos en territorio español, pero las filtraciones de un enfado del atacante no dejaron de salir a la luz.
En paralelo, el Real Madrid ha ido moviendo fichas. En ocasiones, matices que hay que tener en cuenta porque dicen mucho más de lo que aparentan. Es el caso de la intención de aumentar el sueldo de Gareth Bale hasta el nivel de Cristiano. El salarial siempre fue un asunto capital para el de Madeira, que al margen de sentirse respetado en lo institucional, siempre exigió que su nivel de máxima estrella también se reflejase en la escala de sueldos del equipo. El movimiento, que estaría planificado para el próximo verano, tenía un antecedente: la subida de un millón de euros el verano de 2015 al de Cardiff.
A ello se le añade el terremoto que generó la filtración de Football Leaks por la que se supo que el fichaje de Bale fue más costoso que el de Cristiano, algo que se trató de tapar con una cláusula de confidencialidad destapada tras la publicación del documento y que propios y extraños interpretaron como una jugada del club blanco para impedir que el '7' supiese que su compañero de equipo le había desbancado como futbolista más caro de la historia de la entidad.
A pocos extrañó la noticia de ayer, en la que se explicaba en Sky que el Real Madrid estaría dispuesto a aceptar 'solo' 60 millones de euros por el portugués. Todo esto conforma una situación de cierta incertidumbre sobre la fecha, pero no sobre lo que pasará con Cristiano. Las dos partes preparan el terreno, los pretendientes aguardan su ocasión y el mundo del fútbol espera la que será una operación recordada por todos.