
El Real Madrid sufre una maldición. Desde que José Mourinho abandonó el Santiago Bernabéu, no ha logrado plantar cara al Barça, una pérdida de competitividad que ha afectado, fundamentalmente, a los clásicos disputados en el Camp Nou, pero que también salpica a aquellos que se han disputado en otros territorios.
Así, desde que 'The Special One' se marchó por la puerta de atrás, el Real Madrid sólo ha logrado dos victorias frente al eterno enemigo. La primera se produjo en la final de la Copa del Rey disputada en Valencia, en Mestalla, en 2014, aquella que se venció gracias al gol de Gareth Bale tras una galopada de 40 metros (triunfo merengue por 2-1).
El otro duelo vencido se logró ese mismo año, pero ya la temporada siguiente, la 2014-2015. El Real Madrid de los 22 partidos ganados de forma consecutiva aplastó al Barça de Luis Enrique por 3-1. Ambos choques representan la excepción a la norma.
Norma blaugrana, se entiende. Y es que en la era post-Mou los culés han triunfado en los otro cuatro clásicos disputados con un balance de cuatro derrotas del Real Madrid, cinco goles a favor de los blancos y doce para los blaugrana.
Este balance rompe la tendencia positiva para los merengues que, precisamente, había instaurado Mourinho durante sus tres temporadas en el Real Madrid.
Mejoría con Mourinho
Desde que el Barça de Guardiola le infligiera el famoso 5-0 (manita de Piqué incluida), el luso logró primero igualar las distancias entre uno y otros, para, finalmente, ponerse por delante de los catalanes, al menos en lo que a los duelos cara a cara se refiere.
Los resultados tras aquel 5-0 hablan por sí mismo: 14 clásicos disputados, cinco triunfos merengues, cuatro culés, cinco empates con 21 goles a favor del Real Madrid y 20 para el Barça.
Especialmente triunfal para los blancos fue la última temporada de Mou en el banquillo merengue en lo que a los clásicos se refiere, con tres victorias, dos empates y sólo una derrota.
En aquella última campaña el portugués supo neutralizar de todas las maneras posibles al Barça con un juego que la escuadra entonces dirigida por el fallecido Tito Vilanova no supo abordar. De hecho, la última victoria merengue en territorio enemigo data de aquella campaña, cuando el Real Madrid se impuso por 1-3 en semifinales de la Copa del Rey.
Las últimas humillaciones
Mucho ha pasado ya y el Real Madrid, lejos de seguir esa senda de competitividad frente al Barça, se ha perdido en duelos en los que no sólo ha acabado perdiendo, sino que incluso ha sido humillado. El 0-4 cosechado por la escuadra de Luis Enrique en el último de estos enfrentamientos no sólo supuso una sentencia de cese adelantada para Rafa Benítez, sino que también puso inicio a la crisis blanca, ésa que amenaza con dejar en blanco al club otra temporada más.
Es por ello que ahora Zidane da tanta importancia al clásico de este sábado. Aunque al Liga está perdida, cree que un triunfo en el Camp Nou podría levantar el ánimo su equipo y, de paso, serviría para cortar una racha a partir de la cual los blancos podrían volver a crecer hasta tocar su sueño de ganar la Undécima Copa de Europa.