Luis Enrique y Ter Stegen mantienen un pulso frío en medio de la temporada eufórica que está viviendo el FC Barcelona. El alemán es, junto con Bartra, las dos únicas excepciones a la calma reinante en el vestuario culé. Y es que el germano no se esconde en público. Quiere jugar más de lo que lo hace y amenaza en privado con marcharse del club si de aquí a final de temporada no juega los minutos que reclama. Una disputa entre dos en la que se ha colado un tercero. El Liverpool de Jurgen Klopp, informa Marca, quiere llevarse al arquero y podría terminar de dinamitar la tensa paz existente entre todos los implicados por este asunto.
Tensa, de momento, por que así lo deciden los resultados. Con viento a favor resulta complicado que nadie se atreva a alzar la voz más de lo que ya lo ha hecho el guardameta germano.
"No sé si me interesa que me llaméis el portero del futuro porque el futuro puede estar muy lejos", comentó en un perfecto español ayer en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí.
Una declaración algo más relajada que la que ya deslizó después de quedarse sin jugar el Mundial de clubes (Claudio Bravo fue el arquero), pero igualmente reivindicativa.
El futuro, dice Ter Stegen, no le interesa porque lo suyo es el aquí (Barcelona) y ahora (la presente temporada) y ambas le dicen lo mismo: no es titular y no lo será salvo en la final de Copa y en los partidos que resten por jugar en Champions.
Un pulso en el que por ahora 'Lucho' no se piensa mostrar flexible. Más al contrario. Su plan es inamovible entre otras cuestiones porque entiende que es lo más justo y porque esta competencia, alega, ayuda a que ambos arqueros rindan a un nivel altísimo. No hay que olvidar que fue él, Luis Enrique, el enecargado de solicitar a Zubizarreta la llegada de Claudio Bravo cuando aquél ya había cerrado desde hacía meses el fichaje de Ter Stegen.
La duda está, así pues, en saber si finalmente dará su brazo a torcer cuando llegue el momento importante para resolver este caso, es decir, al final de temporada ya con el mercado de fichajes abierto y con la opción de que el club incorpore un sustituto en caso de que el ex del Borussia Mönchengladbach (o Bravo salga), algo que no sucedió el pasado verano con el veto de FIFA aún en vigor.
Por ahora desde el club filtran que ninguno de los guardameta se irá. Una postura difícil de mantener si Ter Stegen sigue forzando este pulso en la sombra con su técnico, con Luis Enrique.
Puerta abierta