
Álvaro Arbeloa jugó el pasado domingo en Las Palmas su primer partido como titular en Liga en lo que llevamos de curso. Una presencia en el once que anunció ya Zidane días atrás, se produciría más por méritos personales que por méritos deportivos. el entrenador francés está encantado con el rol que está ejerciendo el salmantino en el vestuario. Un rol que también alaban en el Real Madrid. El club lo tiene claro: con un puñado de madridistas como Arbeloa en el vestuario, la crisis del equipo merengue estaría más que resuelta.
Así lo cuenta hoy el diario Marca. En la cúpula del equipo blanco creen que el '17' es un capitán en la sombra, un líder que encarna el verdadero sentimiento que representa los valores del escudo merengue. Lo hace, por ejemplo, con su trabajo diario.
Hace tiempo que Arbeloa desapareció de los planes de sus entrenadores. Ancelotti primero, Benítez después y ahora Zidane, saben que el internacional español está para pocos trotes. Que sus mejores tiempos han pasado y que ahora no puede rendir como lo hacía en 2010, cuando llegó al Real Madrid como teórico suplente hasta ganarse, con su trabajo el rol de indiscutible titular.
Pese a ello, eso no le ha hecho renegar del trabajo diario. Cuentan en Valdebebas que su esfuerzo es siempre constante, que no baja el listón y que incluso en días como ayer, acude a entrenar en jornadas voluntarias planteadas apenas unas horas después de que el equipo aterrice en Madrid.
Pero es que su trabajo, añaden en el Paseo de la Castellana, también se deja notar en lo anímico, con un mensaje de refuerzo positivo y siempre de apoyo a quienes lo pasan peor, rol que este curso han encarnado hombres como James, Isco o Jesé, todos con muchos más minutos que Arbeloa, pero a los que el defensa ha dado su cariño como si en verdad fuera al revés, como si fuera él quien juega con frecuencia y quisiera dar su apoyo a quien no tiene apenas ocasión de competir.
Además, cuentan en Madrid, su mensaje de puertas hacia afuera gusta. Gusta como defiende al Real Madrid o carga contra los que atacan al 10 veces campeón de Europa, como ha sucedido recientemente con Piqué. Gestos que no le permitirán renovar (él mismo afirma que son sus últimos meses en la capital), pero que le han hecho ganarse el respeto de sus mandatarios.