
El defensa del Real Madrid, Sergio Ramos, fue el primer gran protagonista del partido de su equipo en Las Palmas al anotar en un córner y de cabeza el tanto que abrió el marcador.
Aprovechando un centro medido de Isco, Ramos cabeceó allí donde no pudo llegar el portero canario Javi Varas. Tras el tanto, el camero decidió celebrar con toda su rabia el gol.
Ramos corrió al córner y realizó un gesto que recordó otros tiempos a los aficionados madridistas. Pegó un salto y se señaló con los dos pulgares a la espalda, allí donde en la camiseta pone su nombre.
La celebración la popularizó en su momento un mito del madridismo, Raúl González Blanco, que la repitió en numerosas ocasiones a lo largo de su trayectoria deportiva.