
Iker Casillas vivió anoche, ante el Borussia Dortmund, otra bofetada del destino, otra dosis elevada de mala suerte. Su equipo, el Oporto, jugaba en Do Dragao la vuelta de 1/16 de final de la Europa League. El resultado de la ida, un 2-0 para los germanos, dejaba la remontada muy cuesta arriba, más si cabe para una escuadra, la portuguesa, que no pasa por su mejor momento de forma. Con todo y con eso, el duelo había tomado tintes de cita trascendente precisamente porque se entendía como una oportunidad para remontar el vuelo, aunque no hubiera machada, aunque se lograse con un triunfo insuficiente para pasar de ronda. No fue así. El Oporto cayó y lo hizo con un tanto lleno de desgracias para el guardameta ex capitán del Real Madrid.
Corría el minuto 23 de partido cuando un balón colgado desde la banda derecha cayó dentro del área justo en la posición en la que Marco Reus, ariete pretendido por los grandes de europa, enganchó una magnífica volea con la zurda. El disparo era certero y potente, pero se encontró con Iker Casillas.
El arquero despejó la pelota en un paradón que, sin embargo, fue a caer a los pies de Aubameyang, acompañante de Reus en la delantera de los germanos. El futbolista se sacó un latigazo a un metro de la portería y con Iker batido. La bola, sin embargo, se estrelló en el larguero.
El peligro parecía esfumarse de no ser porque la antes mencionada mala fortuna. Casillas, en un segundo movimiento para evitar el disparo de Aubameyang se lanzó a su izquierda. La inercia hizo que el disparo del atacante chocase con la pierna del mostoleño justo cuando el esférico salía rechazado del larguero. En lugar de marcharse lejos del arco, acabó dentro.
Sin esta 'desgracia' quizá la pelota jamás hubiera acabado en gol.
Para colmo de los males de Casillas, esa segunda jugada debería haberse anulado. Aubameyang partió en fuera de juego en el momento del remate de Reus. Es decir, que el gol no debió subir al marcador. Pero subió, para lamento de un Casillas que apenas ha durado dos partidos en una competición para él inédita. Jamás había jugado en la Europa League.