Gareth Bale continúa con la recuperación de su nueva lesión muscular, ahora en el sóleo de la pierna derecha. Sin él, el Real Madrid consiguió retornar a la senda de las goleadas. Ante el Espanyol, los blancos dejaron varias fotografías de unidad en la celebración de los goles. El galés, lógicamente, estaba fuera de ellas. Algo que responde a la realidad más de lo que parece.
Informa Sport de que el de Cardiff ha prolongado en las últimas semanas su aislamiento del resto de la plantilla. Desde el primer momento, el '11' se caracterizó por su carácter extremadamente reservado, lo que en muchas ocasiones le hacía estar a un lado en aspectos de la relación en el vestuario. Siempre en un segundo plano.
Esto habría ido a más recientemente, porque el jugador habría dejado de acudir a las clases de español que recibía desde que llegó al Real Madrid. Sus progresos no fueron superiores, ya que no se percibía un gran interés en desarrollar esa faceta. Otra cara de ese individualismo que ya exhibía en las relaciones personales.
En el cambiador blanco, Bale se sustenta en Luka Modric, compañero suyo en el Tottenham y que le ayudó en su llegada a la capital de España. En ese momento, sabedor de las dificultades que iba a conllevar su adaptación al nuevo entorno, Florentino Pérez encargó a Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo que le ayudasen. Finalmente, acabaron desistiendo.
Es Bale un animal de costumbres, y muy fiel a ese código de comportamiento introvertido. Se refugia en su otra gran pasión, el golf, y su entorno más cercano, con su familia. En el resto de apartados, sucede todo lo contrario: ha renunciado a relacionarse de manera íntima con el resto del plantel. Simplemente, pasa desapercibido. Su único objetivo es que esto no suceda en el campo.
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"Él mete las faltas"