La sanción de FIFA impuesta a Real Madrid y Atlético de Madrid (imposición de fichar el próximo verano y en el invierno de 2017) podría mutar los planes de fichajes en ambos conjuntos, toda vez que los dos sí que pueden realizar incorporaciones en el presente mercado invernal, esto es, hasta el 31 de enero. Un plazo de apenas 15 días que en el caso del Madrid tiene un nombre propio como objetivo factible y prioritario: Álvaro Morata.
En el equipo de Concha Espina están planteándose la opción de ejercer ya mismo la recompra que figura en el contrato de su ex canterano ahora en la Juventus de Turín.
Según esta cláusula, Morata podría volver a la capital si el Real Madrid abona unos 33 millones de euros. Esa cláusula está activa para todas las ventanas de fichajes, es decir, que se podría activar en los próximos días, lo que transformaría, de nuevo, a Morata en jugador blanco para las próximas temporadas.
El retorno, sin embargo, no es tan sencillo como pueda parecer. En primer lugar, porque, de cara al fair-play financiero, realizar esa inversión supondría un gasto inesperado en el balance actual. Además, en el seno del equipo merengue existen serias dudas de que Morata tuviera, a día de hoy, espacio en el equipo.
Zidane ya ha declarado que desea jugar con la BBC en punta, lo cual significaría la suplencia del madrileño. Asunto distinto sería el rol que pudiera tener de cara a la próxima temporada donde, no se olvide, Benzema podría tener que afrontar algún tipo de sanción vinculada al caso del sex-tape.
También hay que tener en cuenta la opinión del propio futbolista. Morata, a día de hoy, no quiere regresar a Madrid.
En Turín se siente importante y su técnico, Allegri, se lo hace saber dándole galones de estrella. Lo juega todo, mientras que en Madrid alberga serias dudas de que pudiera ser titular o, en caso de serlo, de si tendría el mismo status que tiene en Italia. Recientemente ha renovado y su deseo, como expresó ya el pasado verano, era continuar en el Calcio, donde ve más factible desarrollar una carrera fructífera.
Teniendo en cuenta que Morata tampoco podría jugar la actual Champions con los blancos, su incorporación resulta un asunto complejo que deberá resolverse en los próximos días, toda vez que dejarlo pasar, sería arriesgarse a perder esa opción de recompra definitivamente. La cautelar que pedirían los blancos podría no llegar a tiempo.
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