
La ida del Barça - Espanyol en Copa del Rey acabó transformado en un partido de alto riesgo. Durante el choque, jugadores de uno y otro equipo protagonizaron piques constantes consecuencia, en su mayoría, de la tensión acumulada tras el duelo de la Liga del pasado fin de semana. Una tensión que se desbordó después del encuentro cuando, en el túnel de vestuarios, futbolistas de uno y otro equipo casi llegan a las manos. La seguridad privada del Camp Nou tuvo que intervenir para evitar males mayores. Así lo reflejó el acta del partido. La chispa de la pelea la prendieron tres miembros del equipo de Luis Enrique. Piqué, Mascherano y Luis Suárez se quedaron esperando a que llegasen los miembros del Espanyol.
Los esperaron para echarles en cara lo ocurrido en el terreno de juego. Porque durante el duelo la tensión fue máxima, más si cabe con algunas acciones pericas y que incluso provocaron la expulsión de dos futbolistas visitantes.
Uno, Hernán Pérez, por doble amarilla tras dos duras entradas. Otro, Diop, por llamar "hijo de puta" a un jugador del Barça. Así lo reflejó el acta.
No fue lo único que sucedió. Pau López, arquero blanquiazul piso adrede el tobillo de Leo Messi en una acción asilada de la segunda mitad. Antes, en la primera parte, el propio Pau se enzarzó con Luis Suárez cuando sacó el codo a pasear ante el charrúa en un intento por poner rápido el balón en juego. Un gesto que no quedó en el olvido del '9'. Messi hizo el 2-1 de falta y Suárez lo celebró en la cara del arquero, lo que caldeó más si cabe el ambiente.
Si a esto se le unen las declaraciones de Piqué tras el partido mofándose del Espanyol, el resultado fue un cóctel molotov que explotó cuando los tres futbolistas blaugrana decidieron prolongar esta tensión sin las cámaras como testigo.
"Venid acá. Os espero. Sos desecho", dijo Suárez a sus rivales tal y como refleja el acta del partido, ante lo que alguno de estos rivales respondió al grito de "os vamos a reventar", cuentan periodistas cercanos a la escena. La intervención de las fuerzas de seguridad evitó males mayores en un episodio con prolongación dentro de siete días, cuando unos y otros se vean las caras en el duelo de vuelta, esta vez en Cornellá-El Prat.