Rafa Benítez fue despedido y sustituido por Zinedine Zidane. Un adiós al trabajo nunca es fácil, pero en este caso el entrenador tuvo que marcharse en unas circunstancias difíciles, expuesto al olvido del club, a un último día con detalles que no le gustaron nada. Entre resignado y enfadado, así lo ha expresado a su entorno.
Fueron varios los motivos por los que sintió Benítez vilipendiado. En un primer lugar, que se enterase de su adiós a través de los medios de comunicación que iban informando durante la tarde de las intenciones del club, que ya había filtrado el futuro del banquillo.
No solo eso: la incomunicación (deliberada o no) con el entrenador llegó hasta el punto de que, en el momento en que se iba a presentar a Zinedine Zidane, se ofreció al propio Benítez y a su agente, Manuel García Quilón, ir al Bernabéu. El ofrecimiento fue denegado por ambos, según cuenta Marca.
Según el propio Benítez, fue para evitar una fotografía entrando en el estadio justo el mismo día en que se le iba a ajusticiar. "Una más de las que me han hecho", comentaba más tarde entre decepcionado y enfadado. Resumía de estar manera su sentir por lo ocurrido en los últimos meses en el Real Madrid, un equipo en el que no se ha sentido entendido.
Piensa que no se ha valorado el esfuerzo que ha realizado al llegar a Concha Espina, tratando de hacer lo que se le pidió y lo que, en su opinión, no se había hecho hasta entonces porque no había existido un atrevimiento real. Pone de ejemplos la mano derecha que tuvo con James o Jesé. Y termina con la siguiente sentencia: "Así no se puede trabajar".
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El desplante a Rafa