
El Real Madrid sufrió este domingo una cruel acción que le complicó el partido frente al Valencia en el estadio de Mestalla, justo antes de llegar al descanso.
Transcurría el minuto 44 del encuentro cuando Gareth Bale cayó en el área local derribado por la pierna de Lucas Orbán. El colegiado no señaló nada y el juego continuó pese a las protestas del galés.
Entonces, en el contragolpe, André Gomes se internó en el área visitante y cayó también derribado por Pepe, en una acción igual de clara que la anterior.
En este último punto, el árbitro sí señaló el punto fatídico y Parejo se encargó de transformarla en el gol del empate a uno, marcador al que se llegó por tanto instantes después de la jugada en la que los blancos más cerca estuvieron de un hipotético 0-2.