Isco Alarcón no jugó ni un solo minuto contra el Rayo Vallecano. En la medular, solo hubo un cambio (Kroos entró por Casemiro) respecto al Villarreal y el malagueño ni siquiera disputó los minutos de la basura. Una ausencia que podría tener su origen en un gesto en el banquillo con el partido ya en juego.
Según el periodista de La Sexta José Luis Sánchez, un ayudante de Rafa Benítez descubrió al jugador riéndose justo después de que Jozabed anotase el 1-2. Un gesto de desprecio, de burla, que fue comunicado al entrenador. La respeusta fue contundente: el '22' no salió del banquillo en todo el partido.
La relación de Isco con su entrenador no parece lo más fluida, ya que la semana pasada en El Madrigal ya cuestionó ante las cámaras la suplencia de Toni Kroos, con señales de incredulidad lanzadas a los objetivos, aprovechando el momento justo en el que se le grababa.
A lo largo de la pasada semana, se fueron adivinando nuevas sensaciones que demostraban que el feeling entre Isco y Benítez es nulo, siendo generosos. Sin ir más lejos, a mitad de semana se filtró que en la opinión del juagdor, se le estaba despreciando desde el banquillo.
El descontento no es solo personal, sino con el estilo que se potencia ahora y especialmente con los métodos del entrenador. Por ahí van las burlas del '22', dejando entrever lo que ya se ha convertido en un mantra en el vestuario: jugando de esta manera, la confianza es mínima. Isco lo reflejó, pero es un sentimiento común.
Benítez le fulmina