
Adiós a José Mourinho. La derrota del luso la pasada jornada ante el Leceister le ha dejado sentenciado. A sólo un punto de la zona de descenso, el Chelsea parece tener claro que no lo quiere. Ahora sólo queda saber cuándo se marchará.
Algunos medios afirman que podría irse antes de que se juegue la próxima jornada ante el Sunderland. Otros creen que se aguantará un poco más, pero que su despedido se dará a poco de iniciarse 2016.
¿Y aguantar hasta final de curso? Es complicado, aunque tampoco se descarta que Abramovich haga caso de sus peticiones y le abra la puerta, eso sí, cuando termine el curso.
En la prensa afirman que esta opción es la menos factible, pero que el hecho de que Mourinho la haya hecho pública le podría dar más oxígeno. Y es que, tras el partido, Mourinho afirmó que le gustaría que sus dirigentes confiaran en él hasta final de temporada. Dijo eso y algo más.
Criticó a sus jugadores y les señaló directamente afirmando que le habían 'traicionado'. Pero semejantes argumentos cada vez se quedan más huecos ante las presiones que le señalan a él como culpable de una crisis que, quizá, habrían provocado ya el adiós de cualquier otro entrenador. Mou, sin embargo, goza de una protección muy amplia porque el público de Stanford Bridge le adora. De ahí que Abramovich le haya mantenido pese a los resultados en la Premier.
El pase a octavos de final de la Champions como primero de grupo le ha permitido aguantar más en el cargo, aunque el doble enfrentamiento contra el PSG (equipo que ya lo eliminó la temporada pasada) podría suponer, esta vez sí, su despedida definitiva.
Febrero y marzo son, por tanto, el nuevo horizonte temporal de un entrenador con pocas cartas bajo la manga si su agonía en la Premier continúa. Entonces sí, los plazos se acelerarían. Eso siempre y cuando no salte la sorpresa antes de este fin de semana.