Aprovechando la racha de cinco victorias consecutivas que ha firmado el equipo tras el naufragio del último Clásico en el Barça, en el Real Madrid han decidido enterrar el hacha de guerra y firmar la paz antes de que se eche encima otra fase complicada de la temporada.
Según revela el diario Marca, la vuelta a la tranquilidad que habrían supuesto a estas victorias pese a las polémicas que afronta el equipo como la suspensión de Francia a Benzema, la eliminación administrativa en Copa ante el Cádiz o los pitidos del Santiago Bernabéu a Benítez, ha hecho que el entrenador haya decidido tender puentes con los jugadores mediante dos reuniones que han ido más allá de las habituales en el vestuario.
Benítez habría terminado de ser consciente de que hay jugadores blancos, especialmente las estrellas, a los que su minuciosidad a la hora de explicar detalles como la forma en que hay que controlar el balón puede llegar a molestarles. Del otro lado, habría una franca intención por parte de los jugadores de aceptar que algunos postulados tácticos del entrenador eran adecuados.
La principal intención sería hacer una conjura para que, una vez dada por perdida la Copa, el equipo se volcase en alcanzar al Barça en Liga y aspirar a todo en la Champions, ya que, pese al convulso inicio de temporada, aún no es tarde para que el equipo blanco reencuentre sensaciones.
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