
La baja forzosa de Sergio Ramos por sus problemas en el hombro ha sido aprovechada por el otro central experimentado del Real Madrid, Pepe, para erigirse en líder del vestuario y baluarte de la defensa en los últimos partidos.
Si en lo que va de la presente temporada el portugués disputó pocos minutos por culpa de las lesiones y vio de nuevo como Varane le adelantaba en la pugna por la titularidad, la gran cantidad de bajas del equipo de Rafa Benítez en defensa, empezando por la del capitán Ramos, le han servido para reforzar sus galones.
Según informa el diario Marca, en las últimas semanas Pepe ha protagonizado dos arengas en el vestuario blanco en las que ha pedido a sus compañeros que se impliquen más y que recuerden la importancia del escudo que defienden.
Estas charlas de Pepe fueron, primero, un toque de atención antes del partido frente al Eibar, con las heridas de la abultada derrota en el Clásico aún sin cerrar, y tras el partido del equipo en Cádiz correspondiente a la Copa del Rey. Aunque los blancos ganaron, la posible suspensión adiministrativa que en eso momento conocían en el equipo fue la excusa de Pepe para animar al vestuario.
En adelante, al menos hasta que vuelva Ramos, y en menor medida si Varane vuelve a hacerse con la titularidad, Pepe será quien tire del carro blanco. Un compromiso que el portugués ha adquirido con casi todos los entrenadores del Madrid con los que ha trabajado. Así ocurrió con Pellegrini, con Ancelotti y con Mourinho hasta que su relación se deterioró de forma irremisible.
Además, hay que recordar que Pepe es un jugador cercano al presidente del club, Florentino Pérez, quien siempre ha protegido al portugués, incluso en sus momentos más dicífiles. Esta proximidad con el mandatario ha hecho que Pepe sienta que ahora tiene que echarse el vestuario y, especialmente, la defensa a las espaldas en un año que no está siendo nada fácil en Concha Espina.