Desde que llegó al Real Madrid, Rafa Benítez supo que tendría que torear con muchos frentes abiertos en cuanto a los egos dentro del vestuario y el reparto de minutos en el césped. Sabía que su libro de estilo podría chocar con la realidad blanca, y los hechos le han dado la razón. Durante varios meses intentó compaginar sus ideas y lo que le proporcionaba el entorno, pero esto estaría cercano a su fin.
Según cuenta ABC, el partido ante el Eibar llenó al entrenador del Real Madrid de certezas. La principal, la más importante, fue que su decisión de sentar a determinados 'titulares' le salió a las mil maravillas y dio con un equipo solvente, fiable. No muy brillante, pero sí competitivo. Un objetivo que pretendía conseguir lo más rápido posible tras las dolorosas derrotas ante Sevilla y Barcelona.
La inclusión de los Nacho, Kovacic, Lucas Vázquez, Casemiro...en los dos últimos partidos le ha dado la razón, en su opinión. Cree que el espíritu de trabajo aportado por todos ellos ha dado ese plus que le faltó al equipo en el Bernabéu y en el Pizjuán.
Benítez cree que ya ha llegado el momento de dejar atrás las alineaciones de estrellas, como la del 4-3-3 en el Clásico que acabó con una sonora goleada. Piensa ahora en un equipo que se asiente en el trabajo, en el esfuerzo, y que ceda algo más la iniciativa y priorice las contras. Lo principal es blindarse del centro del campo hacia atrás.
En esta semana antes del encuentro ante el Eibar, Benítez lanzó un mensaje que evidenció lo que se proponía y lo que iba a pedir a sus jugadores: "Si queremos remontar en la Liga debemos correr más que todos los rivales". Los jugadores parecen haber captado el mensaje, algunos a regañadientes. No obstante, ya hay futbolistas que parten con ventaja. Y no son precisamente las estrellas.
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Un pacto contra Benítez