
El Shakhtar Donekts - Real Madrid disputado este miércoles (3-4 para los blancos) era un partido esperado por saber cómo gestionaba Rafa Benítez el primer partido de lo que se supone que será su revolución ahora que tiene 'plenos poderes' para utilizar la plantilla como quiera. Sin vetos presidenciales. Sin galones o cortapisas. El técnico madrileño hizo lo esperado, esto es mantener a Bale y Cristiano en el once y cambiar la medular para así dotar de más más empaque al equipo siempre alrededor de la figura de Casemiro. Lo que no entraba en los planes previstos es que James, uno de esos pesos pesados del vestuario blanco, no hiciera si quiera acto de presencia sobre el terreno de juego. Una suplencia que, según informa Onda Cero, continuará el próximo domingo frente al Eibar.
En Champions, el colombiano calentó durante buena parte de la segunda mitad, pero no fue uno de los escogidos para saltar al césped. Cierto es que la lesión de Varane le perjudicó.
El francés dejó el campo sustituido por Danilo y agotó de manera imprevista uno de los cambios del equipo merengue.
Con todo y con eso, aún había opciones de ver al '10' sobre el terreno de juego. No fue así. Kroos y Benzema fueron finalmente los suplentes que sí jugaron. James, no.
Una ausencia que hace llover sobre mojado las tensiones filtradas entre mediapunta y entrenador. Rafa Benítez 'castigó' al colombiano por no querer regresar antes de tiempo de vacaciones en el arranque de temporada. Después, ya en pleno curso, y después de su lesión, ambos protagonizaron un cruce de declaraciones a propósito del estado de forma del jugador.
Cuentan fuentes cercanas al Real Madrid que Benítez no está contento con su rendimiento físico. Queda por ver si lo ocurrido ayer en Ucrania no es más que una anécdota o si se añade al elenco de problemas que acumula la relación entre ambos.