Fútbol

El Bernabéu pasará factura a Piqué y su 'antimadridismo' con la 'pitada del siglo'

Piqué y Benzema en el clásico de 2014. Imagen: Reuters

Gerard Piqué tendrá mañana en el Santiago Bernabéu algo más que un ambiente hostil. El defensa central del FC Barcelona recibirá 'la pitada del siglo' de una afición, la del Real Madrid, empeñada en convertirlo en el nuevo enemigo número 1 con permiso de Messi y tras la salida de Xavi Hernández.

Uno y otro han acaparado en las últimas temporadas el odio blanco que también absorvía Guardiola durante su etapa como técnico blaugrana. Pero los tiempos cambian y con ellos, las antipatías.

¿Por qué Piqué es ahora el nuevo objetivo del madridismo? Su carácter controvetido y abiertamente antimadridista (él mismo lo reconoce) siempre le ha hecho ganarse buena parte de la enemistad merengue.

Caben destacar episodios del pasado, como su polémica celebración del gol que cerró el 2-6 de 2009, la 'manita' que lució cuando el Barça ganó 5-0 a los merengues en 2010 o el capítulo de los 'españolitos' en el duelo que se disputó en el Bernabéu en 2011.

Un currículum de encontronazos que él mismo ha alimentado en los últimos meses y que tiene en el festejo del triplete como punto de partida de esta nueva etapa. "Gracias a Kevin Roldán. Contigo empezó todo", dijo aquella tarde en referencia a la fiesta de cumpleaños de Cristiano Ronaldo que tanto daño hizo a los aficionados merengues.

Una frase que disparó la ira de un público, el blanco, que decidió declararle una 'guerra' sin cuartel incluso cuando porta la camiseta de España. Pitada tras pitada con 'La Roja', las reacciones del jugador a este ambiente hostil no han hecho más que echar gasolina al fuego. Sus últimas declaraciones ("Vi la semifinal Real Madrid - Juve con una camiseta de Buffon") o sus guiños catalanistas no han hecho más que incrementar esta tensión.

Mañana, en el Bernabéu, ese cóctel acabará transformándose en pitadas constantes que seguramente evoquen a las que recibió en su día Figo en el Camp Nou o con las que recibía Luis Enrique, ahora técnico blaugrana, cuando pisaba Chamartín con la zamarra del eterno enemigo.

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