Fútbol

Las confidencias de Carlo Ancelotti desnudan el aislamiento de Gareth Bale en el Real Madrid

Bale, durante el partido en el Sánchez Pizjuán. Imagen: EFE.

Carlo Ancelotti ha hablado del Real Madrid meses después de su despido. A diferencia de otras ocasiones, lo ha hecho de forma más íntima, más confiada. Con más intención de tratar asuntos sobre los que antes no se había pronunciado. Sobre varios de ellos ha salido al paso en Twitter (ha negado que tuviese problemas con los jugadores o que el Barça fuese el mejor equipo del mundo), pero otras intervenciones desvelan, o mejor dicho, confirman, realidades que se barruntaban en el entorno blanco.

En su entrevista al Daily Mail, cuando se refiere a la profesionalidad de los jugadores de la plantilla del Real Madrid en su paso por el club, Ancelotti hace especial hincapié en Cristiano y otros tres jugadores más: Iker Casillas, Luka Modric y Gareth Bale. Con el último amplía un poco más la explicación: "Fue un poco más difícil con Bale porque solía hablar con los jugadores en español".

Detrás de las palabras de Ancelotti se esconde algo más que la simple dificultad de explicaciones cuando se relacionan dos personas de idiomas maternos diferentes. Aclara el italiano en la entrevista que se comunicaba en español con todos los miembros de la plantilla, pero que tenía problemas con Bale. El galés nunca se ha integrado de una forma completa en la plantilla. En ese sentido, ha estado aislado. No de forma voluntaria por parte de los compañeros, sino como una consecuencia natural del curso de los acontecimientos.

Bale es una persona introvertida, poco asidua a las relaciones más allá del vestuario y del césped, en definitiva, del trabajo. Entiende la vida de esa forma, aunque eso le ha llevado a tener un papel secundario en cuanto a lo social en la red de amistades de miembros del vestuario.

El detalle del idioma es uno más de todos los que configuran la personalidad de un hombre reservado, discreto. No suele protagonizar titulares de no ser por su representante, Jonathan Barnett. No es hombre dado a las estridencias.

A tanto llegó en su momento la discreción y carácter introvertido del jugador que, a su llegada a Madrid, Florentino Pérez encargó a Cristiano Ronaldo que le hiciese más apacible su ingreso en el equipo, que ejerciese de 'cicerone'. No hubo manera: pesó más su timidez.

Actualmente, es Luka Modric el mayor apoyo de un Bale que sigue peleado con el idioma, que mantiene un perfil bajo en el vestuario y que en su tercer curso aún sigue sin convencer a los críticos de todo lo que puede aportar en el Real Madrid. Esta forma de aislamiento, según su entorno, también pudo verse por momentos en el césped.

Fue, quién si no, Jonathan Barnett el que prendió la mecha, diciendo hace varios meses que los compañeros en el Real Madrid no le pasaban el balón. Eran los tiempos en que el '11' pasaba casi desapercibido en el margen derecho del campo. Sin peso en el juego, la 14/15 fue una temporada gris para el de Cardiff, desconectado muy a menudo del fútbol que generaba de forma intermitente el equipo.

Con Benítez, uno de los asuntos primordiales era modificar esto, y se actuó en consecuencia. Gareth alterna la mediapunta, el centro del ataque e incluso el flanco izquierdo, y trata de ganar en iniciativa. Las lesiones no le han dado continuidad y aún no se sabe cuál será el resultado de esta nuevo orden. Por el momento, el aislamiento de Bale es todavía una realidad.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky