
La selección española de fútbol se encuentra concentrada para disputar los dos partidos amistosos (ante Inglaterra y Bélgica) con los que empezará a preparar la Eurocopa de 2016, un torneo en el que estrenará equipación. Ayer por la tarde se presentó esta nueva zamarra en un acto conjunto con todos los convocados para estas dos citas. En él, Iker Casillas puso en apuros a Gerard Piqué. Lo hizo a modo de broma, pero puso en evidencia el pánico que tiene el central del FC Barcelona a ciertos asuntos vinculados con 'La Roja'.
¿Pero qué sucedió? Los acontecimientos sucedieron así. Durante esta presentación, y tras emitir un vídeo, todos los futbolistas del combinado nacional subieron a un estrado en el que el presentador del evento les preguntaba a los jugadores cuestiones sobre el horizonte temporal cercano de la selección.
'¿Se puede soñar con otra Eurocopa?', '¿Cómo se ve desde fuera el fútbol español?', '¿Es necesario cambiar de estilo?', '¿Seguimos teniendo el mejor centro del campo de Europa?', fueron algunas de las cuestiones que se plantearon a los internacionales.
El primero en contestar fue Iker Casillas, quien, tras dos respuestas, dio el micrófono a Gerard Piqué. Su cara cambió de la sonrisa a la sorpresa. El sonido captó levemente su reacción. "¡Pero yo si no hablo!", le dijo con apariencia de estupor al jugador del Oporto. Pese a todo, Piqué cogió el micro y se quedó mirando al conductor del acto con un rictus más desencajado si cabe.
"Ahora quiero hacer unas preguntas a Andres Iniesta", anunció entonces el presentador para alivio de un Piqué que cedió finalmente la palabra a su compañero también en el Barça mientras reprochaba a Casillas, ya en tono más distendido, la broma que acababa de gastarle.
Cabe recordar que Gerard Piqué no pasa por su mejor momento en el seno de la Selección Española, al menos en lo que a aceptación del público se refiere. Las últimas pitadas que ha encajado vistiendo la camiseta del combinado nacional (y la que se anuncia que recibirá en Alicante, ante Inglaterra) han generado un clima de tensión en el que actos como el de ayer pueden convertirse en una 'bomba de relojería' y una fábrica de titulares para un hombre, Piqué, que para bien o para mal, está siempre en el centro de todos los debates.