
El fútbol y su destino son caprichosos. Que se lo pregunten a José Mourinho. El técnico del Chelsea se jugará su futuro en el banquillo de los blue ante un viejo conocido. Será Iker Casillas el que decida su continuidad (o no) al mando del vigente campeón de la Premier League.
Ayer el preparador portugués se reunió con Roman Abramovich después del triunfo que cosechó frente al Dinamo de Kyev (2-1). Lo hizo después de que compareciera ante los medios y lanzara otro pulso más al multimillonario ruso dueño del equipo. "El público demostró que está conmigo", dijo el técnico.
Y es verdad. Abramovich lo sabe y por eso, en ese encuentro, le propuso un pacto, una tregua. Mourinho tendrá un mes aproximadamente para mantenerse en el cargo. Los resultados en ese periodo de tiempo dictarán sentencia. Resultados sobre todo en una competición: la Champions League.
Si el equipo no pasa a octavos de final, Mourinho será despedido. Si el equipo accede a la siguiente ronda, Mourinho continuará, salvo una hecatombe mayor si cabe en la Premier.
Y es en estas donde aparece Iker Casillas. El ex guardameta del Real Madrid defiende la meta del Oporto, último rival del Chelsea en esta fase de la Champions. El partido se jugará en Londres y en caso de que acabar en triunfo portugués, podría terminar echar a Mourinho del equipo
Hay que recordar que el Chelsea es, a día de hoy, segundo de grupo con 7 puntos. Líder, el Oporto con 10 y en tercera posición, el Dinamo de Kyev, con cinco puntos. El Maccabbi de Tel-Aviv es último sin haber logrado ni un punto.
La lógica dice que los 'blues' vencerán en la próxima jornada al Maccabi de Tel-Aviv, pero si el Oporto no lograse el triunfo frente al Dinamo de Kyev, todo quedaría en el aire para la última jornada, cuando los lusos irían a Londres.
Si Casillas y los suyos asaltasen el feudo de Mourinho y el Dinamo de Kyev venciese al Maccabi en la última jornada, el Chelsea podría quedar apeado de la siguiente ronda, lo que, indiriectamente, empujaría a Mou al despido y, por tanto, a Casillas a cumplir su 'venganza' por su relación con 'The Special One' en sus últimos años en Madrid.