
Cristiano Ronaldo fue testigo de unas palabras inesperadas por parte del agente de Gareth Bale, que le atacó de forma sutil e invocando a su faceta publicitaria. Unos 'dardos' que el luso encajó como pudo, dado su carácter imprevisto. Nadie pensaba en una situación así, pero una vez se produjo, generó un incendio en la entidad blanca.
Tal y como informa As, el enfado de Cristiano fue notable al conocer las declaraciones de Jonathan Barnett. No le sentaron nada bien frases como la que más ruido mediático produjo. Ese "no creo que Bale quiera ser el mejor modelo del mundo o el mejor vendedor de ropa interior" molestó al luso, pero también su vaticinio sobre el "cambio de guardia" que se avistaba en el club.
La indignación fue tal que Cristiano pidió a Rafa Benítez una reacción al respecto, que tuviese lugar una especie de contrición por parte de Barnett. Se sentía atacado y dolido, y así lo expuso. También pidió una compensación, aunque fuese simbólica, en forma de aviso. De ahí la llamada de Benítez a Bale, que fue a la vez una cuestión sobre el asunto y una reprimenda: su agente no podía volver a pasarse dialécticamente hablando.
En la conversación entre Benítez y Bale, el galés aseguró que el exceso verbal de Barnett era exclusivamente suyo, y que no tenía responsabilidad sobre su actitud. También le dejó claro que le había pedido moderación, e incluso se mostró conforme con pedir disculpas a Cristiano a su vuelta si era necesario.
Se esperaba la llegada de Bale de Gales, pero ayer no coincidieron en el césped de Valdebebas. Paradójicamente, fueron unos compromisos publicitarios los que le impidieron entrenar (algo permitido por el Real Madrid). Será durante la jornada de hoy cuando esa charla entre jugadores pueda producirse.
El objetivo es frenar, al menos en cierta medida, la rabia de un Cristiano que se ha sentido herido en su orgullo y su liderazgo en el Real Madrid y que comienza a percibir señales negativas en lo que se refiere a sí mismo como único cabeza de grupo del equipo.