
Sergio Ramos abrió ayer una herida con Rafa Benítez. O, mejor dicho, lo hizo de forma pública. Porque con sus palabras en Las Rozas, el central expresó algo que ya tenía en la cabeza desde hacía varias semanas. A pesar de que el entrenador le llamó para calmar la situación, el defensa tiene varios motivos que le empujaron a criticar premeditadamente al técnico.
Informa El Mundo de que, al llegar a la concentración de la Selección, Sergio Ramos ya había masticado en su cabeza las declaraciones que tenía pensadas verter. En ningún caso se trató de un calentón fruto del enfado o tras las preguntas de los periodistas.
Después de las declaraciones de Benítez señalando al capitán por su doble fallo ante el Atlético, por la mente de Ramos pasó un sacrificio que había realizado para llegar al partido: jugar infiltrado. Aún no se había recuperado de su lesión de hombro, y de hecho abandonó la concentración de la selección española. Por esta razón, le molestó especialmente que Benítez le mentara su error cuando había llegado muy forzado al encuentro, por debajo de su mejor nivel físico, arriesgando.
"Acabé muy dolorido el derbi. Hay gente que valora que viniese de una lesión y otros que no. Las lesiones duran lo que duran y a veces nos saltamos los plazos de recuperación para estar en un partido importante", especificaba ante los micrófonos, dejando claro el mensaje.
No ha sido lo único por lo que saltase el de Camas. Un motivo de molestia para el defensa (y también para el resto del equipo) fue que Benítez destacase a Cristiano como el único indiscutible de toda la plantilla. El gesto, aunque tuvo la intención de calmar los ánimos, exaltó a varios pesos pesados, especialmente a Ramos. A partir de ese momento, el andaluz se guardó la oportunidad de responder. Y la encontró ayer.
Junto a estas dos razones, hay una más, en la que también comparte enfado con varios compañeros: no hay buen feeling con el entrenador ni con sus métodos. Enervan al plantel las continuas interrupciones en los entrenamientos, la extrema meticulosidad del técnico en detalles aparentemente nimios...en definitiva, un conjunto de rasgos que van mucho más allá de lo que se hacía con Carlo Ancelotti al frente de la nave y que ahora desesperan a unos futbolistas descolocados con la nueva realidad. Ramos, por su condición de capitán, es solo la cabeza de lanza de estas protestas.