Gareth Bale llegó justo para el derbi entre Atlético de Madrid y Real Madrid, pero Rafa Benítez decidió reservar al jugador galés (nombrado por quinta vez consecutiva el mejor futbolista de su país) y dejarle para la segunda parte, entrando en lugar de Isco Alarcón. La previa y el posterior desenlace de este cambio han dejado al entrenador madridista en una situación delicada.
Y es que, según informa El País, las decisiones en torno a a Bale y lo que supuso su suplencia han generado un descontento palpable en la directiva del Real Madrid, que asistió con desconcierto a lo que ocurría en el césped del Vicente Calderón. No gustaron dos hechos en concreto.
El primero, que el galés se quedase en el banquillo fue en contra de los deseos de los miembros de la junta blanca, que consideran que un jugador de la entidad de Bale (por lo que se espera de él, por lo que el club invirtió) no puede quedarse en la banca en un partido tan importante como el del pasado domingo por la noche.
¿Por qué prefirió Benítez dejar a Bale en el banquillo? Aquí viene la segunda situación a tener en cuenta para explicar el runrún en la zona noble: la inclusión de Casemiro. En pretemporada, el técnico reclamó que se le contratara un jugador de perfil similar al del brasileño en la idea de tener 22 jugadores, dos por puesto. La dirección respondió con el fichaje de Mateo Kovacic, un mediapunta.
Que Casemiro sea el único futbolista consolidado como pivote defensivo le hace ganar peso, algo idéntico a lo que ocurre en el lateral izquierdo con la tiranía de Marcelo. Benítez, alineando al '14', dio un tirón de orejas a una junta que hizo caso omiso de su recomendación.
En la derecha
En paralelo a estas dos realidades, Benítez confirmó lo que ya es una marcha atrás: Bale regresó a la derecha, como con Carlo Ancelotti. Se desinfla el globo del 4-2-3-1 y vuelve la sombra del 4-3-3. La disyuntiva del entrenador era cómo conseguir un equipo equilibrado con este sistema.
A pesar de que ello significa una vuelta al problema que tenía Bale en el curso pasado, el técnico tiene una posible solución para el rompecabezas que había en la medular. Se trata, obviamente, de Casemiro. Su inclusión, contando con la vuelta de James, implicaría una baja obligada de los habituales titulares. Tras el parón, se verá si Benítez da rienda suelta a sus intuiciones o frena su fórmula particular.
¿Conflicto de intereses?