
El Real Madrid ha vuelto a experimentar las mismas sensaciones de la temporada pasada. El equipo no termina de despegar en lo que refiere a la creación de juego, y aguanta por el gran poder atacante que hace que, casi por inercia, los goles vayan llegando de la mano de una delantera de quilates. Pero el asunto preocupa a Benítez.
Informa El País de que el entrenador está sufriendo una transformación a raíz de estos problemas de creación y por su obsesión de conseguir que la escuadra sea impenetrable a la vez que eficaz de cara a puerta. Y eso no ha pasado desapercibido para los directivos del Real Madrid, que observan cómo en pos de esta idea el técnico está adquiriendo rasgos muy parecidos a los de Carlo Ancelotti.
Si bien Benítez llegó (al menos, ésa era la idea) para desterrar viejos vicios de la era del italiano, sus postulados cada vez son más parecidos. Varias cosas llevan a esta conclusión: su defensa férrea de Benzema, que haya claudicado y aceptado la condición de Cristiano Ronaldo...y algo que sería aún más importante.
Y es que Benítez estaría dándole vueltas a la idea de retomar el 4-3-3 que no cuajó en la 14/15 sin Di María y Xabi Alonso. La clave está en encontrar los jugadores que puedan aportar ese equilibrio necesario para sostener el sistema, y especialmente, concienciar a Gareth Bale de jugar en la banda derecha.
Ésa es la percepción de Benítez: para poder jugar en un 4-3-3, Bale debería ocupar la banda derecha. Cristiano jugaría en la izquierda (con tendencia a ir al centro) y Benzema sería el ariete puro. La misma disposición del curso anterior en el que el galés fue el jugador menos determinante de la BBC.
Los planes del entrenador chocan frontalmente con los intereses del '11', que ya expuso a comienzos de la pretemporada que deseaba jugar en la mediapunta y tener más protagonismo. En definitiva, que no quería prolongar su ostracismo en la derecha. Justo lo que Benítez pretende instalar de nuevo.
La junta del Real Madrid permanece expectante a lo que puede ocurrir en las próximas semanas. Ante el Shakhtar, y antes de que lesionase, Bale ya pobló la banda derecha. Los objetivos a medio y largo plazo de que el de Cardiff se convierta en estandarte del equipo también están en el alambre. Y el palco espera.