Cristiano Ronaldo vive un momento extraño en los primeros compases del curso 2015/2016. Es el Pichichi de la Liga y también se ha estrenado en Champions, pero pende sobre él sobre la sombra de la sospecha: ha metido en dos de los primeros siete partidos del equipo blanco y se le ve una obsesión que le merma de cara a conseguir su objetivo de marcar y ayudar al conjunto.
Lo que le ocurre al luso, a pesar de estar elevado a la enésima potencia por su peculiar carácter (empeñado en elevar el umbral de la autoexigencia hasta límites insospechados) es más frecuente de lo que parece. El País recoge el testimonio experto de la psicóloga deportiva Patricia Ramírez, que explica lo que le pasa al '7' blanco y a todos los futbolistas que sufren episodios como el suyo.
Ramírez habla de la imposibilidad de alcanzar un estado de concentración absoluta en el objetivo de marcar y olvidar cualquier tipo de estímulo exterior que signifique una traba para anotar. La psicóloga define a este estado tan complicado de alcanzar como "flow", una especie de "estado de flujo" por el que el futbolista se olvida de todo lo superfluo, aquello que no tiene nada que ver con la tarea que se le ha encomendado.
Se trataría de dejar a un lado las presiones, los récords, los fantasmas internos y las autoexigencias, ejemplos de lo que afecta a Cristiano. Que el gol no se convierta en un objeto de ansiedad, sino simplemente en un objetivo, como una finalidad natural por la naturaleza de la profesión del delantero. Ramírez reconoce que, de por sí, "el gol genera ansiedad", pero también se muestra a favor de que esta ansiedad se canalice.
"El gol no es algo que se pueda controlar al cien por cien. Porque hay compañeros que le tienen que pasar el balón, porque hay unos defensas que lo quieren frenar y un portero que le quiere parar el tiro...pero el rendimiento del delantero para conseguir un gol pasa por ser valiente, atrevido, tirar a puerta, desmarcarse, ser rápido, ganar sus duelos?Eso sí depende del delantero".
Y en éstas anda Cristiano, todavía enrabietado consigo mismo por lo irregular de su rendimiento goleador y porque no termina de superar el récord de Raúl. Fantasmas que deberá eliminar de su mente si quiere alcanzar el estado perfecto para acabar con sus problemas.
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Las nostalgias de CR7
