Fútbol

El Real Madrid se 'mourinhiza' para derrocar la maldición del nuevo San Mamés

Casemiro, ayer en el entrenamiento. Imagen: EFE

El Real Madrid de Rafa Benítez visita esta noche (21:00, Canal + Partidazo) al Athletic Club en el nuevo San Mamés, un estadio en el que los blancos jamás han ganado. Es más, el curso pasado se dejaron la Liga y el anterior vieron como Cristiano Ronaldo era expulsado. La nueva Catedral se ha transformado en una maldición para los blancos para la que el entrenador madrileño tiene antídoto: 'mourinhizar' al equipo, esto es, potenciar el músculo y el juego aéreo del centro del campo para contrarrestar la apuesta física de los rojiblancos.

Es por ello que Casemiro entrará con casi toda seguridad en el once y que lo hará en lugar de Lucas Vázquez, sorpresa en la alineación del pasado sábado ante el Granada.

El brasileño forzará una mutación en el sistema blanco: del 4-2-3-1 (en ocasiones 4-4-2 con la movilidad de Cristiano como causa) al 4-3-3 en el que él, Casemiro, será el pivote por delante de la defensa. A sus costados, Kroos y Modric completarán el trivote merengue. Isco, Cristiano y Benzema serán los atacantes en Bilbao.

Este movimiento recuerda al que dio José Mourinho, ex entrenador blanco, también en Bilbao, en el antiguo San Mamés, en la primavera de 2011 cuando, por primera vez desde que llegó al banquillo del Real Madrid, probó con tres mediocentros, uno de ellos de corte predominantemente defensivo.

En aquella ocasión fue Pepe, defensa central, quien jugó por delante de la zaga. Se trató de la primera ocasión en la que el técnico usó este método que haría famoso siete días después ante el Barça en el Bernabéu y que repetiría en la final de Copa del Rey que los blancos le vencieron a los culés en Mestalla. Después, este mecanismo se convertiría en una fórmula frecuente para plantear los clásicos.

Con este cambio, Mourinho ensayó ante el Athletic cómo cortocircuitar cortocircuitar el mediocampo culé, en aquel entonces formado por Xavi, Busquets e Iniesta.

Esta vez, cuatro años después, Benítez no usará el trivote en Bilbao como preparativo para otros duelos, sino como herramienta final con la que disipar los riesgos que plantea el nuevo método de Valverde.

La llegada de Raúl García (amén de la presencia de Aduriz) ha disparado el número de balones directos y aéreos con los que juegan los leones, un apartado en el que sufre mucho el Real Madrid, más si es con el navarro delante.

En el Atlético de Madrid, el ahora '22' de los vizcaínos fue una auténtica pesadilla. Benítez (quien jamás ha ganado como entrenador en Bilbao) pretende evitar esa tortura. Y lo hará con un hombre, Casemiro, en el que confía mucho.

La capacidad física del '14' blanco debería ser suficiente para evitar este riesgo, sobre todo en el balón parado. De paso, permitirá liberar a Kroos y Modric en el juego de creación.

Ayer, en sala de prensa, el técnico advirtió de que las dificultades que su equipo atravesó ante el Granada se debieron a que ambos jugaron demasiado retrasados, se pegaron mucho a la zaga.

Con Casemiro como mediocentro único, el alemán y el croata darán un paso al frente y conectarán, a priori, con más frecuencia con una delantera en la que también será novedad la presencia de Isco como extremo derecho.

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