
Keylor Navas ofreció a la Cadena Cope una entrevista muy esclarecedora, en la que aportó todos los detalles de la ya famosa noche del 31 de agosto en la que el Real Madrid se quedó sin el fichaje de David de Gea y el portero 'tico', tras unas horas de auténtico surrealismo, se quedó en la capital de España.
Uno de los puntos a desentrañar era el agente que tomó la iniciativa respecto a la operación del portero centroamericano. Él mismo respondió ayer a esa pregunta: "Le dije a mi esposa que yo por dentro quería estar en el Madrid. Dios me ha dado esa oportunidad y no pienso desaprovecharla".
Una versión opuesta a la que difundió el presidente blanco, Florentino Pérez, en el mismo medio, días antes: "Si no se hubiese querido ir, no se hubiera hecho la operación". De hecho, cuando se refirió a la charla que mantuvo con el portero después del fracaso de las negociaciones entre Real Madrid y United, calificó el asunto como una "desgracia": Yo hablé con él, a comentarle la desgracia y nada más, a mirar para delante". Fue en este momento cuando dijo la frase que más calado tuvo en toda la entrevista: "Pone más cachondo dar noticias malas del Real Madrid".
No lo dijo solo una vez, sino todo lo contrario: el portero insistió en varias ocasiones que su deseo era permanecer en el equipo blanco. Con sus palabras, Keylor Navas dejó claro que la idea de estar en aeropuerto rumbo a Manchester se debía solamente a que era la única vía que le quedaba con el fichaje de De Gea. Que se marchaba no por deseo propio, sino porque los intereses del Real Madrid le empujaban a ello.
"Yo no me quería ir, en ningún momento desde que llegué al Madrid. Nunca pensé cuando llegué al Madrid en estar un año o dos. Tengo mis metas claras y siempre he luchado por ello confiando en mí. Por eso fue complicada esa situación, pero nunca pensé en irme", aseguraba en la entrevista a 'El Partido de las 12'.
A medida que se repetían las preguntas sobre la noche del 31 de agosto, Keylor abundaba en la idea que se había encargado de establecer nada más comenzar el intercambio de cuestiones y respuestas, ya fuese evocando los pensamientos de esa jornada ("No me quiero ir, pero si me tengo que ir es porque Dios quiere que me vaya. Y al final Dios no quiso que me fuera") o explicando que para él la marcha a Manchester era solo obligada si se quedaba David de Gea ("Yo obviamente quería jugar y tenía un año de no jugar, viendo cómo los demás juegan. Eso es difícil y a nadie le gusta. Yo quería jugar y al final es lo que pasó").
Así, las frases para dejar claro que su opción deseada era quedarse en Madrid se apilan una tras otra para elaborar un discurso que ya se filtraba a través de los medios los días previos al cierre del mercado: que el meta no quería marcharse, y menos todavía después de salir ovacionado del Santiago Bernabéu en el partido ante el Betis y de recibir el apoyo del técnico Rafa Benítez durante el ya inolvidable para él día del 31 de agosto.
Una vez superados todos estos malos recuerdos, Keylor Navas se concentra el presente. Con el aura de ser el único portero imbatido de toda la Liga BBVA y el resto de las grandes ligas europeas, quiere seguir sumando tiempo. La siguiente prueba será ante un rival complicado, el Athletic de Bilbao. Pero para el 'tico', cualquier encuentro ha dejado se suponer un reto: todos son ahora un regalo caído del cielo.