
El Barça empieza a estar harto de los arbitrajes que está sufriendo esta temporada, bien sea en España, bien sea en Europa. El club culé ya ha deslizado en este comienzo de curso que teme que haya presión contra los colegiados en nuestro país para que la Liga acabe en manos del Real Madrid. Temor que también se extiende a Europa. El arbitraje del holandés Kuipers ayer en Roma confirmó (y disparó) este malestar.
Una acción enfadó a los culés por encima del resto. Mediado el primer tiempo, Szcesny, portero de los romanos, se lanzó al suelo y derribó a Luis Suárez en un claro que penalti que el trencilla no señaló.
"¿Y es noticia que no le piten un penalti al Barça?", ironizó en sala de prensa Luis Enrique. Su comentario hacía referencia indirecta a las penas máximas que no le han cobrado a los culés en la presente campaña. Dos fueron ante el Málaga y otras dos, ante el Atlético de Madrid.
Fueron estas acciones (amén de la expulsión de Piqué en la vuelta de la Supercopa) las que han enfado notablemente al Barça y a sus directivos y las que provocaron la denuncia de Josep María Bartomeu, su presidente. "Si vemos algo raro lo denunciaremos de forma discreta", comentó recientemente.
En la capital italiana, además de estar molestos con el penalti no pitado sobre Luis Suárez, los culés también se mostraron indignados por cómo la entrada de Nainggolan sobre Rafinha no acabó en roja directa, sino en cartulina amarilla.
Sin embargo, la Roma también se quejó de un par de acciones polémicas en su contra. Los futbolistas 'giallirossi' protestaron un posible fuera de juego de Luis Suárez en el pase que le dio Rakitic y con el que certificó el 0-1. También denunciaron un penalti de Mascherano por agarrón al mencionado Nainggolan ya en la segunda mitad.