
Louis Van Gaal ha hartado a los jugadores del Manchester United. Es la conclusión que se extrae del encuentro que los pesos pesados del equipo de los 'red devils' mantuvieron con el entrenador holandés. En él, le manifestaron su disconformidad con los métodos de entrenamiento, con su estilo de juego y con el trato dispensado a varios futbolistas.
Cuenta el diario 'The Times' que el malestar viene de hace tiempo. La llegada el curso pasado del técnico a Old Trafford generó ilusión inicial, pero acabó en decepción después de comprobar como el equipo no sólo no lograba sus objetivos (sólo se clasificó para la Champions) sino que se enredaba en asuntos feos. Ejemplos hay muchos: Falcao, Van Persie, Di María, Valdés...
Todos ellos fueron jugadores que, progresivamente, tuvieron roces con el entrenador. El primero, por ejemplo, llegó como referencia del ataque y apenas jugó. Incluso fue apartado en varias convocatorias por las diferencias que mantenía con el técnico. El segundo jugó con frecuencia, pero se lesionó y tras recuperarse, fue prácticamente apartado por su compatriota.
Di María arrancó como un fijo tras su fichaje desde el Real Madrid, pero su falta de adaptación y las críticas del técnico lastraron su rendimiento y forzaron también su despedida. Con Valdés, la situación fue distinta. El arquero llegó en diciembre como recambio a De Gea y para aportar su veteranía, y acabó apartado entre falsas acusaciones sobre sus negativas a jugar con el equipo de suplentes.
Según 'The Times', éstas y otras situaciones similares han agotado a una plantilla que, además, no comprende el elevadísimo ritmo con el que se entrena y la mentalidad de equipo 'pequeño' con la que dispone de los partidos. Sus onces suelen contar con tics defensivos y el libreto que impone fuerza jugar a la contra, algo que no satisface a una plantilla de hombres con mentalidad ganadora.
Si a ello se le une que el arranque de temporada no ha sido bueno, el resultado es este amago de rebelión que podría ir a más si el preparador no acepta los cambios sugeridos. En la directiva empiezan a sentir como su paciencia se ha agotado. Quieren resultados y los quieren ya. En caso contrario, nadie descarta soluciones drásticas.