Fútbol

La guerra perdida de Isco en el Real Madrid

Isco, durante la pretemporada blanca. Imagen: EFE.

Isco comenzó la temporada con una titularidad que sorprendió a muchos no por el mero hecho de ser parte del once titular, sino por el jugador al que dejaba en el banquillo: James Rodríguez. Contra el Betis en el Santiago Bernabéu, el '22' enfiló el camino de vuelta a la suplencia. Otra vez.

La carrera del malagueño en el Real Madrid parece predestinada a un trayecto cíclico de la titularidad a la suplencia, condicionado completamente por la sanciones, las lesiones y las rotaciones. En caso de no haber ninguno de estos tres supuestos, su estatus no es de innegociable, ni mucho menos.

Se vio en la pasada temporada y ya ha habido chispazos en este nuevo curso. Pequeñas señales que, de cualquiera de las maneras, no son buenas noticias para el jugador. A pesar de que, en un intento por desembarazarse de la estela de Ancelotti (en este y otros muchos asuntos más), en el primer momento en que la 'BBC' ha estado disponible ha sido alineada, ya que Jesé ofrece dudas y no hay un recambio de garantías arriba.

James completa la nómina de cuatro atacantes, sumando mediapuntas y delantero. Parecía el eslabón más débil, el resquicio al que agarrarse para Isco. El colombiano se ha encargado de disipar dudas, si acaso hubiese alguna tras el fin de la 14/15. Dejando atrás las dudas que suscitó su contratación el pasado curso (el alto coste del fichaje, la sombra de un Isco suplente, el gran curso de Di María) se ha erigido en uno de los líderes del Real Madrid.

El '10', después de un aparente castigo de Rafa Benítez, demostró a base de golazos y de asistencias (suya fue la que brindó a Bale para abrir la lata ante el Betis) que el menor tiempo de preparación no le frena. Parece el jugador más en forma del Real Madrid, como si entre el final del pasado curso y el principio del nuevo no hubiese pasado el tiempo.

Contra esto trata de combatir Isco, aunque en vano. Es dura la papeleta del andaluz, que se enfrenta a cuatro titanes. Solo la racha de lesiones de la temporada pasada le rescató de un papel secundario. No importaron los méritos (que los hubo, y reconocidos por el propio Ancelotti) porque el nivel de la gente de arriba era descomunal.

En palabras del italiano, lo único que le fallaba a Isco era que solo podía alinear "a once jugadores". El de Reggiolo dio en el clavo, y su frase sigue vigente meses después. La solitaria guerra de Isco sigue teniendo un claro perdedor.

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