
Después de protagonizar la que será anécdota del mercado de fichajes por muchos años, el Real Madrid se planteó forzar la entrada de De Gea llevando el asunto a la FIFA, pero horas después se decantó por lo contrario y no ejerció ningún tipo de presión. ¿Por qué?
Lo cierto es que, por muy injusto que se pudiese percibir este frenazo del fichaje del meta a última hora (hoy mismo, la entidad blanca ha lanzado un comunicado en el que achaca a la tardanza del United el fracaso), no existían posibilidades de inscribir al portero. Un precedente claro alumbraba el más que probable 'no' a la llegada de De Gea.
Hace justamente un año, el Levante tuvo una circunstancia similar con el jugador costarricense Bryan Ruiz, del Fulham. Los documentos no llegaron a tiempo, y el equipo granota trató de impedir que se le escapara la oportunidad. No fue así.
El tiempo de espera fue largo, de hasta diez días, hasta que Levante y Fulham conocieron la decisión de la FIFA, que en base a lo registrado por el TMS (Sistema de Correlación de Transferencias) negó la validez de la contratación.
Con este precedente negativo, y la casi total seguridad de que en su caso no iba a ser diferente (el traspaso de De Gea se registró a las 00.28, 28 minutos tarde), el Real Madrid echó atrás lo que a principios de esta madrugada parecía claro. La perspectiva de alargar aún más el proceso ayudó también a cambiar la decisión.