
A falta de once días para que se cierre el mercado estival, el Real Madrid ha acelerado el ritmo para cerrar sus últimas operaciones pendientes. Tres salidas urgentes y una entrada hacen que las oficinas del Bernabéu se encuentren en estado de actividad frenética. De las primeras, dos tendrán que ser inminentes y sin condiciones. La llegada de Mateo Kovacic a la plantilla deja sin hueco a Illarramendi y Lucas Silva. El problema es que, a día de hoy (sobre todo en el caso de Illarra) las ofertas que llegan no son del todo del gusto de un Real Madrid que espera hacer caja con el donostiarra sin perder buena parte de la inversión (38 millones de euros) que realizó apenas hace dos años por él. La tercera de esas salidas es la de un Keylor Navas que depende de David De Gea para saber si continuará en la capital y que, paradójicamente, es problema y solución en el fichaje del portero madrileño.
Problema y solución porque si De Gea se convierte en arquero merengue, el Madrid lo tiene claro: es el costarricense quien debe abandonar la plantilla a toda velocidad. ¿Destino? Posiblemente un Manchester United que busca sustituto a De Gea y que tiene en Navas uno de sus favoritos. Si el truque se confirma (de ello se está intentando ocupar Jorge Mendes), el intercambio de guardametas entre España e Inglaterra podría acelerarse en los próximos días.
El dilema Illarramendi
Menos sencillo parece que será el caso de un Illarramendi que ha pasado de ser el futuro sustituto de Xabi Alonso, a convertirse en un lastre complejo para la plantilla merengue. La etapa Carlo Ancelotti no le ha venido nada bien al de Mutriku. El italiano contó con él hasta que su mal partido ante el Borussia Dortmund en los cuartos de final de la Champions 2013-2014 le sentenciaron. Desde entonces no contó apenas para el transalpino.
Benítez, a su llegada a Madrid, le confirió la condición de hombre importante y contó a la directiva que sí, que le usaría más que su predecesor. El español quería imponer un 4-2-3-1 en el que uno de los hombres del doble pivote sería, casi siempre, un futbolista de corte defensivo. La evolución de la pretemporada y la necesidad de dibujar un Real Madrid creativo han hecho que esa alternativa táctica se disipe. El doble pivote estará formado por Modric y Kroos. Casemiro ejercerá de pivote defensivo cuando toque y en caso contrario, el recién llegado Kovacic se convertirá en el otro mediocentro merengue. No hay sitio para Illarra.
Este portazo tardío a su presencia en el once (apenas faltan 11 días para cerrar el mercado) hacen que el Real Madrid tenga que acelerar gestiones para buscar la salida de Illarramendi, algo que ya ha depreciado su venta. Cuenta hoy el diario Marca que las dos ofertas más importantes han bajado su cuantía. La Real Sociedad ha pasado de pagar 15 millones a poner apenas 10 y el Liverpool ha dejado de ofrecer 20 'kilos'; 15 es su última oferta.
Teniendo en cuenta que el Real Madrid pagó 38 por su llegada y que el Athletic llegó a ofrecer 30 en el mercado invernal del curso pasado, ambas opciones se antojan escasas para un club que, con todo, parece abocado a aceptar las ofertas que lleguen si no quiere aguantar a regañadientes al mediocampista.
Lucas Silva, cedido
Distinta es la situación de Lucas Silva. Cierto es que el brasileño ha pasado de ser vendido como una suerte de salvador para el mediocampo blanco (el club le fichó por 16 millones en plena lesión de Modric) a ocupar el cuarto peldaño de la plantilla blanca. Una posición compleja que agrava su condición de extracomunitario, pero que no es tan preocupante como la de Illarra. El club medita cederle para usarle en un futuro y ante este panorama, ofertas parece que no le faltan para jugar en España o en el extranjero.