Fútbol

El madridismo comienza a hartarse de los ataques de Mourinho

Mourinho, en un partido con el Chelsea. Imagen: Reuters

José Mourinho hace ya tres temporadas que salió del Real Madrid. Su figura, sin embargo, está aún muy presente en el Santiago Bernabéu. Muchos son los aficionados blancos que todavía veneran al técnico ahora del Chelsea y que desean su retorno a la capital. Su número, con todo, empieza a reducirse a la vista de las actuaciones que durante todo este tiempo ha protagonizado el luso, muchas de las cuales se han revelado como ataques directos a símbolos del madridismo como Cristiano Ronaldo o Iker Casillas.

Sus últimas declaraciones en torno a Rafa Benítez no han hecho más que ahondar en un despego cada vez más palpable. Ha sido, para muchos, la gota que ha colmado el vaso. Mourinho menospreció al madrileño y a su mujer al afirmar que ella, su esposa, debería no preocuparse tanto por él, por Mourinho, y más por la dieta de su marido.

Una referencia a la obesidad de Benítez que llegó después de que la mujer del entrenador bromeara en una entrevista distendida afirmando que ambos llegaban a los ex equipos de 'The Special One' para deshacer los entuertos que dejaba. Benítez, ante esta respuesta del luso, prefirió dejar pasar el asunto y ayer afirmó que él sólo hablaba de fútbol.

No hicieron lo mismo aficionados merengues que, a través de redes sociales, evidenciaron una notable molestia con Mourinho. Ese malestar también llegó a páginas de información de referencia para los blancos que en su momento le alabaron, pero que ayer le afearon el gesto.

Un cambio de paso con respecto al portugués que no es fruto de un impulso veraniego. Se viene cociendo desde hace mucho tiempo. Y es que Mourinho, desde que dejó el Real Madrid, no ha dejado de lanzar críticas al club blanco o a sus jugadores.

Los más recientes fueron las menciones a Cristiano Ronaldo (le acusó de pensar sólo en él y no en el equipo) o Iker Casillas (criticó su sueldo por ser elevado en país en crisis como es Portugal), pero antes hubo más. Sonada fue la que le dedico al propio CR7 nada más dejar el Bernabéu.

Afirmó que él, Mourinho, había entrenado al verdadero Ronaldo. "Yo no escupo en el plato en el que he comido", contraatacó el delantero.

Más tarde Mou volvió a la carga aseverando que cuando llegó a Madrid le sorprendió ver la cola de futbolistas que se montaba delante del espejo del vestuario cuando iban a comenzar los partidos. También criticó que los blancos no ganaran la Liga 2014 o la falta de conexión que tenía con su plantilla en España. "En el Chelsea amo a mis jugadores, es algo que echaba de menos", confesó entonces.

Críticas, una tras otra, que se han centrado casi siempre en desgastar la imagen de casi todo el Real Madrid (sólo Florentino Pérez se libra de estas acusaciones) y que parecen haber sobrepasado el límite de la paciencia de una parte nutrida del madridismo.

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