Afronta su tercera temporada como jugador del Real Madrid, pero sigue en la casilla de salida. Asier Illarramendi sigue sin ser un jugador importante en el club blanco, y en su vuelta a la disciplina del equipo no ha conseguido hacerse un hueco. La realidad de los dos cursos anteriores estaría muy cerca de volver a producirse.
El de Mutriku no ha dado el paso hacia adelante que se le reclamó desde que comenzó a mostrar síntomas de inseguridad y poco carácter, con el partido de la vuelta de cuartos de final de Champions en 2014 ante el Dortmund. La vitola de jugador venido a menos y sobrevalorado (le costó cerca de 40 millones a Florentino Pérez) no le ha abandonado. Por méritos propios y ajenos.
En las circunstancias que han rodeado al '24' han confluido la falta de oportunidades concedidas y su mal papel cuando éstas han llegado. Un cóctel que ha dado con el mediocentro como carne de banquillo. Lo que le espera en el nuevo curso podría no ser muy diferente.
Partiendo de la base de que el equipo titular sigue siendo el que incluye en el centro del campo a Modric y Kroos en su zona de influencia, 'Illarra' tiene un nuevo enemigo que le ha pasado por encima: Casemiro. Cuenta ABC que Benítez está encantado con el trabajo del brasileño, que ya fue titular con el Inter. Otro miembro más del plantel que está por delante del vasco.
La sombra de una venta o una cesión siempre ha estado muy de cerca en los últimos meses, pero Benítez quiso esperar a ver trabajar a todos sus chicos, y decidió no dejar marchar a Illarramendi. No obstante, el papel que le espera al jugador no será muy diferente al del pasado curso, en el que fue el jugador número 15 en minutos disputados. Un rol claramente secundario.
Illarramendi tendrá complicado superar los 1744 minutos de la temporada pasada, pero parece claro que su futuro seguirá anclado al Real Madrid, al menos hasta junio de 2016. El fracaso en un acuerdo con el Athletic de Bilbao en el mercado de invierno y la inexistencia de negociaciones para una hipotética vuelta a la Real Sociedad (su presidente, Jokin Aperribay negó que hubiese interés) obligan al centrocampista a quedarse en al cuerda floja en Concha Espina. Otra vez.
Entidades
Una nueva decepción