
Hace aproximadamente un año, Iker Casillas, Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo lanzaron un mensaje a Florentino Pérez, después de ganar el Real Madrid la Décima: Carlo Ancelotti era indispensable, no se podía pensar en una salida del italiano. El trío de jugadores esgrimía que había unido al vestuario como nunca nadie lo había hecho. Si bien con el gol salvador de Ramos en el 92:48 ya estaba más o menos cantado, el presidente se cuidó mucho de no desatender la petición de sus tres jugadores. Fue una muestra de poder e un vestuario que ahora está más desprotegido en estas situaciones.
Tras la marcha de Iker Casillas, quedan dos de los tres jugadores que organizaron la mayor oposición a la directiva en los asuntos que el vestuario consideraba que podían afectar negativamente al bienestar colectivo. Al margen de futbolistas de apoyo como pueden ser Pepe o Marcelo, son ellos dos los que han de rellenar el hueo que antes ocupaban tres personas.
Casos como el de Ancelotti (que se repitió en varias ocasiones, tanto en privado como en público), Benzema o el departamento médico del Real Madrid demostraron que los dos capitanes y Cristiano (capitán de facto) eran un grupo a tener muy en cuenta cuando se tomasen medidas comprometidas.
Sin embargo, ahora los dos futbolistas que quedan de esta alianza no se encuentran en una situación de fuerza. No importa que a finales de curso se vieran envueltos en una discusión, en el partido ante el Valencia en el Bernabéu. Son dos personas pasionales, que viven el fútbol al máximo y que, sin embargo, han separado este choque de una amistad duradera.
Ramos, ante la posición de la directiva blanca, está pensando en hacer las maletas. No desea pasar por lo que le ya le ocurrió a Casillas y quiere sentirse valorado. De hecho, barrunta que al conocerse sus intenciones el club pudo fomentar una imagen suya de "pesetero".
Por parte de Cristiano, también está todo más o menos escrito y dicho. Los últimos movimientos no convencen al luso, que se no ha tratado de esconder su malestar en esta pretemporada. Su semblante serio haciendo los ejercicios mandados por Benítez, su gesto de rabia tirando el peto...todo son señales que apuntan a un enfado más que claro por la salida de Ancelotti, la de Casillas, el desamparo que sigue sintiendo por parte del club después de los hechos de febrero...
Si finalmente se retrasa la salida de Ramos para el próximo verano, la dupla Ramos-Cristiano tiene una temporada dura por delante. Por el momento, ambos velan armas juntos y tiran el uno del otro. Solo el de Camas, muy atento al '7', pudo sacar una sonrisa al luso en la sesión de preparación que acabó con él lanzando el peto al suelo con gesto airado.