La final de la Champions League vivió un momento polémico este sábado durante su segunda mitad, cuando el Barcelona pudo sentenciar el choque con el que habría sido su tercer gol, gracias a Neymar.
El brasileño aprovechó una buena jugada de Messi y acabó rematando de cabeza. Su testarazo, no obstante, salió mordido. El esférico tocó en su mano y se coló en la portería de Buffon tras un leve cambio de trayectoria.
El árbitro turco Cuneyt Çakir dio validez en un primer momento al gol. Sin embargo fue el juez de gol, esa figura tan controvertida que está presente en los partidos de Champions, el que aprovechó su posición privilegiada para ver lo que había acontecido y anuló el tanto.
Las protestas de los barcelonistas no surtieron efecto y el colegiado anuló finalmente el gol, lo que mantuvo provisionalmente el marcador de 2-1 favorable a los de Luis Enrique.
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