
Iker Casillas se encuentra tocado anímicamente después del altercado del pasado sábado en el Bernabéu, cuando el público le silbó y él reaccionó explotando en público por tanta crítica en su contra. Una situación que, siendo molesta para el de Móstoles, no fue la que más dolió al capitán. La indefensión constante ante su club y la falta de apoyo de la institución, de su entrenador y de sus compañeros es lo que realmente más disturba a un futbolista que se siente cada vez más sólo.
Porque las críticas, según la Cadena Cope, le duelen, pero es algo a lo que está más o menos acostumbrado. Se trata de un suceso incontrolable. Pero no ocurre así con las reacciones de los suyos ante tanto dardo en su contra.
El ejemplo de este fin de semana, insiste Casillas, es claro. Tras acabar el partido tres personajes del Real Madrid fueron cuestionados por los pitos al portero y por su reacción. Cada uno pertenecía a un estrato distinto del equipo.
Butragueño, director de relaciones institucionales, fue cuestionado por Canal + en el palco. Su respuesta no fue defender a Casillas. "El público es soberano, aunque Iker ha estado muy bien en todo el partido", comentó el 'Buitre' acerca del portero.
En sala de prensa, Ancelotti también fue cuestionado por el asunto. "A Iker le han pitado igual que al resto del equipo. Ha hecho un buen partido, al igual que el resto del equipo", comentó el preparador.
A Dani Carvajal la pregunta le llegó en zona mixta. Directamente le espetaron por los gestos de su compañero. De nuevo (como los portavoces de la directiva y el cuerpo técnico), no lanzó un mensaje de apoyo a su compañero, sino una mirada condescendiente hacia el público. "No me he percatado del gesto de Iker. La afición del Bernabéu es muy exigente y todos lo sabemos", afirmó el defensa de Leganés.
Tres respuestas que en ningún caso arropan al arquero como, por ejemplo, sí pasó recientemente con el caso de Cristiano Ronaldo. "No entiendo como el Bernabéu es capaz de pitar a Cristiano", dijo Ancelotti en sala de prensa la semana pasada.
Este tipo de réplicas son las que espera un Casillas disgustado con los suyos y, cada vez, más aislado dentro del los tres estamentos más importantes del club.