
El Manchester United anunció este jueves el fichaje de Memphys Depay, extremo holandés del PSV Eindhoven de 21 años, por 27,5 millones de euros. Su llegada asegura a los 'diablos rojos' uno de los futbolistas con más proyección de Europa (el Real Madrid le siguió los pasos el curso pasado) y, de paso, acerca a Ángel Di María a su salida forzada de Old Trafford. En el club inglés están cansados de su actitud. Tanto es así, que la entidad no tendrá problemas en sacarle de Inglaterra aunque pierdan dinero con la operación. Su elevado salario y su forma de ser son dos problemas con los que Van Gaal no quiere lidiar.
De hecho el pasado fin de semana el entrenador holandés ya dejó entrever su malestar con el jugador. "Le falta adaptación", comentó en sala de prensa ante su reiterada suplencia. El argentino suma ya seis visitas al banquillo consecutivas pese a ser el fichaje del año, pese a haber costado casi 80 millones de euros y cobrar ocho netos por campaña.
El problema es que el 'Fideo' no ha dado el rendimiento deseado, un rendimiento acorde a semejante inversión. En lo que llevamos de temporada, ha jugado 'sólo' 30 partidos, con cuatro goles en su haber y 11 asistencias. Son guarismos alejados de los que solía sumar en el Real Madrid. El curso que menos goles hizo anotó siete. En lo que a asistencias se refiere, el de Rosario jamás bajó de los 11 pases de gol que ahora acumula.
Y eso que su llegada a Las Islas estuvo marcada por un fulgurante comienzo. Di María lo jugó todo y en casi todos los partidos tuvo actuaciones importantes para su equipo. Pero la desgracia llegó en forma de lesiones. Un par de dolencias frenaron su ritmo y su juego se resintió.
Después acaecieron ciertos incidentes personales que también pararon su evolución. El más destacado fue el asalto a su casa. Unos ladrones intentaron entrar en su casa de forma violenta y aunque todo quedó en un susto, el revuelo dejó tocada a su mujer, incapaz de regresar a su hogar después del incidente. Esa inestabilidad privada acabó de darle la puntilla.
Van Gaal decidió a dejarle en banco para su disgusto. Su actitud empezó a ser más errática y agria. Tanto, que se unió al grupo de los descontentos con el holandés. Un grupo liderado por otro futbolista que saldrá, salvo sorpresa, del club: Radamel Falcao.
Esta mezcla de factores ha gestado un cóctel peligroso para el '7' de los diablos rojos. Ahora el club no le quiere y se verá forzado a marcharse.
El problema es qué club europeo estaría dispuesto a recogerle manteniendo sus emolumentos actuales, motivo por el que se fue del Real Madrid. Por ahora, ningún grande de Europa le dará los ocho millones que percibe por curso. Si quiere seguir en un equipo con aspiraciones deberá rebajarse el sueldo. A partir de ahí, nacen distintas opciones.
Dos son las que tienen más peso. El Bayern de Múnich le habría sondeado según la prensa alemana. A Pep Guardiola le gusta su estilo y se le ve como un buen recambio para Ribery o Robben. También en Barcelona se ha desvelado un posible interés de Messi por contar con su compañero de selección en el equipo blaugrana. El club que parece descartado es el PSG, máximo candidato a estas alturas de temporada el año pasado. Los franceses se han centrado en la operación Pogba.
A todos estos factores hay que contar el traspaso que exigirá el United, que sabe que no podrá recuperar toda la inversión, pero que tampoco regalará al atacante a cualquier precio.