El futuro Leo Messi se mantiene en compás de espera. En plena pausa. Nadie sabe qué pasará con él. Mientras el argentino deshoja la margarita de su decisión, algunos factores pesan a favor y otros, en contra de su marcha. En el primer aspecto podría ayudar la salida de Luis Enrique (con quien mantiene malas relaciones). En el segundo, contarán la continuidad de algunos compañeros. Alves es uno de ellos. Su mejor amigo ahora mismo en el cambiador y un futbolista que, salvo sorpresa, saldrá del Camp Nou dejando, de nuevo, tocado a la estrella argentina.
El proceso se repite. Ya el curso pasado Leo sufrió como su entonces mejor amigo en el cambiador, José Manuel Pinto, dejaba el club. Él quería que se quedara. Él forzó su renovación. Sin embargo, la dirección deportiva, entonces liderada por Andoni Zubizarreta, se negó. Le ofrecieron, como mucho, un puesto de entrenador de porteros al que el gaditano no se acogió. Se fue aunque en el Camp Nou se quedó el enfado de Messi.
Un año después, la historia se repite, pero con Alves. El club no le pone sobre la mesa las condiciones que el jugador pide. Lo normal es que se vaya para disgusto de Luis Enrique y, de nuevo, de Messi.
"Siempre estuve más cerca de Dani, ya cuando llegó al Barça. recorrimos el lado derecho del campo juntos. Hemos pasado mucho tiempo juntos dentro y fuera del campo y el día a día nos ha llevado a tener una gran amistad", comentó ayer el argentino en la revista 'Four Four Two'.
Una amistad que parece que no tendrá consecuencias en la continuidad de Alves y que podría distanciar más a Messi de la directiva. Ahora quedará por ver si es importante para que el '10' intente irse de la Ciudad Condal el próximo verano.
Caso Pinto