Fútbol

El enemigo en casa: el Real Madrid tiene pánico al estado de Coentrao

Coentrao, en el útlimo derbi de Liga. Imagen: EFE

A Carlo Ancelotti le han salida muchas preocupaciones en forma de ausencias frente al Atlético de Madrid. La mayoría de la opinión pública madridista señala la de Modric como la más importante, seguida de Bale y Benzema. Todas llegan por lesión. La única por sanción, la de Marcelo, es, sin embargo, una de las que realmente más tiene ocupada la mente de Ancelotti y el club merengue. No sólo por la importancia del brasileño en el seno del equipo (que la tiene, y mucha), sino porque hay pánico al estado en el que se encuentra su sustituto, Fabio Coentrao. Para algunos de sus compañeros es como tener al enemigo en casa. A día de hoy, entienden, su presencia es más un problema que una solución.

Porque el portugués se encuentra en un estado físico (y psíquico) más que dudoso. Coentrao, filtran desde el vestuario, no se cuida. Su vida personal no es todo lo profesional debería serlo para un futbolista del Real Madrid. No lo es si quiera para un futbolista de élite.

Fuera de los terrenos de juego no suele seguir los consejos que le hace el cuerpo técnico y eso le lleva a protagonizar entrenamientos y partidos de un nivel escaso desde el punto de vista de la exigencia. Además, comentan en el cambiador, está ya pensando más en su salida del Bernabéu a final de temporada que en lo que ocurra en la presente.

Malos últimos partidos

En lo que se puede ver de cara al público, es decir, sus actuaciones sobre los terrenos de juego, el lateral no tiene pulmones más que para aguantar a pleno rendimiento unos 30 minutos. En 2015 ha jugado sólo cuatro choques y no todos de forma completa y, sobre todo, satisfactoria.

Sus últimos dos actuaciones así lo demuestran. Frente al Schalke 04, el portugués se lanzó bien en el inicio del partido buscando la portería rival. De sus botas salió el gol con el que Cristiano Ronaldo firmó el 1-1.

¿Cuál es entonces el problema? Que ante tanto esfuerzo ofensivo, Coentrao apenas regresaba a defender. Se quedaba en la zona de ataque. Una tendencia que dejó de ser efectiva cuando, medida la primera parte.

El luso ya no tuvo fuerzas si quiera para subir por el costado zurdo. Ante la sangría que empezaba a forzar el Schalke por su banda, Ancelotti decidió suplirle por Marcelo.

El brasileño frenó parte de los problemas que estaba creando la falta de fondo de su compañeros. Antes, en el Vicente Calderón, el portugués formó parte del equipo que recibió el ya famoso 4-0.

Fue uno de los peores jugadores del equipo merengue, pero lo jugó todo por la acumulación de bajas que tenía en la defensa un Carlo Ancelotti que, mañana, confiará en él de nuevo, eso sí, con muchas reservas. El pasado sábado decidió dejarlo fuera de la lista ante el temor de que su debilidad física pudiera costarle una lesión que le dejara fuera del partido.

Ante el Málaga lo normal habría sido darle minutos de rodaje en la segunda mitad (no juega desde el 19 de marzo), pero el italiano tenía pánico a que se rompiera y de ahí que no lo incluyera ni en a convocatoria.

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