
El FC Barcelona ha cambiado su estrategia con uno de los jugadores de su actual plantilla. Condicionado por la sanción de la FIFA que impide realizar contrataciones durante el presente año, y por el bajo rendimiento de los jugadores con los que compite por el puesto, el club ha decidido intentar la renovación de Dani Alves, hasta ahora prácticamente descartada.
El brasileño finaliza su contrato el próximo verano y el Barcelona ya había asumido su marcha. Sin embargo, en el seno de la entidad culé se ha considerado que ni Montoya ni Douglas están en condiciones de ocupar su puesto con garantías en el lateral derecho.
Por ello, el club se ha reunido este miércoles con la representante del jugador, Dinorah Santa Ana, para valorar las opciones de una posible ampliación de contrato, más allá del 30 de junio, fecha en la que acaba actualmente la vinculación.
Según informa Mundo Deportivo, también el futbolista ha reconsiderado su postura inicial de marcharse y ve con buenos ojos la opción de quedarse. Únicamente pide que, a sus 32 años, el club le ofrezca un último contrato sustancial tanto económica como temporalmente.
Esto es, las intenciones de Alves se centran en no perder dinero con respecto a su actual contrato, por una parte, y en mantenerse en el club azulgrana prácticamente hasta el final de su carrera. Esto podría ser un acuerdo de tres temporadas, lejano de la intención que tiene el club, que ofrecería uno o dos años.
Así las cosas, no se puede descartar que haya acuerdo en breve, ya que, en el fondo, las dos partes están interesadas en que así sea. De este modo, los interesados en hacerse con los servicios del lateral brasileño, como el PSG francés, se quedarían sin uno de sus grandes objetivos en el mercado.