Fútbol

Los fantasmas de Cristiano Ronaldo

Cristiano Ronaldo, sentado en el césped ante el Levante. Imagen: Reuters.

Cristiano Ronaldo tuvo una mala noche en el Santiago Bernabéu. Otra más. Al igual que contra el Schalke 04 (en esa ocasión tuvo el alivio de los goles), el portugués se fue enfadado del estadio, tal y como entró. Durante todo el choque mostró un amplio repertorio de malos gestos, reproches a sí mismo y a sus compañeros, y una ansiedad que no se marchó en ningún momento del semblante del jugador. Son varios los frentes que el de Madeira tiene abiertos.

No hay futbolista en el Real Madrid con más sed de autosuperación de Cristiano. El '7' es una máquina competitiva: su cerebro y su cuerpo solo funcionan con el único objetivo de ser mejor, de batir barreras, de superar retos. Y ahora no puede, no es capaz. El esfuerzo de anoche por marcar gol no se vio recompensado, y a medida que iba marrando ocasiones el luso fue, poco a poco, perdiendo la paciencia.

Fue el jugador que más remató de todo el equipo (hasta en nueve veces) y también el que más balones perdió (diez). Como un martillo pilón, lo intento de todas las maneras, pero sin éxito. Tras un final de 2014 maravilloso, ha perdido el duende en su relación con el gol, algo que para alguien que vive de ello (y más para un ser extracompetitivo) es sinónimo de desastre.

Su relación con el Bernabéu no es la mejor: ya ha habido varios cruces de reproches entre jugador y grada, sobretodo en los dos últimos partidos. Desde 2015, y con el telón de fondo de los problemas personales, se ha visto al Cristiano más altanero, más conflictivo, más difícil de llevar. Otro factor más que añadir al cóctel.

Sumado a esto, se encuentra lo que ocurre al otro lado del puente aéreo. En su eterna comparación por dilucidar el poseedor del cetro del fútbol mundial, Messi se lleva el combate en este 2015 con mucha distancia. El argentino es ya el Pichichi de la Liga, con dos goles de diferencia sobre CR7 (esta distancia llegó a ser de 12 a favor del madridista) y sus datos doblan a los de su rival en lo que de año.

Messi suma ya 20 tantos en estos dos meses y medio de competición, mientras que Cristiano solo ha anotado nueve y se ha dejado las sensaciones por el camino. Al mismo tiempo que Messi es el alma de este nuevo Barcelona, Cristiano sigue inmerso en la tarea de reencontrarse a sí mismo. Marca de forma periódica, y su tremendo olfato le permite hasta salvar los muebles del equipo en Champions (sus tres goles fueron clave para no perder la eliminatoria ante el Schalke 04), pero no es el líder del equipo.

En menos de una semana, el Clásico paraliza la agenda del fútbol español, y condiciona el porvenir del Real Madrid en la Liga BBVA. A esta cita acuden los blancos con la duda de si Cristiano habrá espantado de una vez sus fantasmas. Mientras eso ocurre, el equipo blanco se afana en cuidarle hasta el extremo. Los de Ancelotti necesitan a su mejor jugador en el desafío más importante de la temporada.

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