Fútbol

Iker Casillas, el blanco de las críticas: el Bernabéu abucheó a su capitán

El flojo partido del Real Madrid ante el Schalke 04 tuvo un claro efecto en la grada del Santiago Bernabéu. La afición abroncó en numerosas ocasiones a sus futbolistas, algunos de los cuales fueron ampliamente reprendidos ante su bajón de juego.

El más criticado fue Iker Casillas. El portero y capitán firmó otra de sus noches más titubeantes bajo los palos de la portería merengue.

Si bien ninguno de los goles fueron claramente culpa suya, cierto es que pudo hacer más en los tres primeros. El que abrió el marcador, de Fuchs, le dobló las manos con un fuerte disparo. Más tarde, su rechace al centro posibilitó el segundo, obra de Huntelaar. Y Sané anotó el tercero con una parábola a la que no parecía tan difícil llegar y en la que Iker hizo la estatua.

Así las cosas, las últimas acciones del partido se convirtieron en un plebiscito en torno al guardameta. La grada silbó y abucheó al capitán blanco, culpándole de la derrota sufrida en casa ante el conjunto germano.

Ni siquiera dos paradas de mérito, a Höwedes y el propio Sané en los minutos finales, dieron el perdón a un Casillas que firmó una de sus noches más amargas como madridista y que probablemente volverá a estar en tela de juicio con su futuro en entredicho en adelante.

Casillas terminó el partido obligando al resto de jugadores blancos a acudir al centro del campo a saludar a su afición cuando estos enfilaban el túnel de vestuarios. Allí, las protestas fueron dirigidas al grupo completo. Era el reflejo de una noche que no pasará al recuerdo entre los aficionados.

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