
No le salió el plan a Carlo Ancelotti. El Real Madrid empezaba con su visita a Bilbao dos semanas decisivas de la temporada y en la primera cita llegó el traspié. Un resultado que evidencia las carencias por las que está pasando el equipo en este tramo de la campaña, empezando por la más acuciante: la falta de gol.
Si por algo se caracterizado el Madrid de Ancelotti ha sido por la pegada de su sociedad de ataque. Bale, Benzema y Cristiano, conocidos por sus siglas con la 'BBC', han pulverizado registros en el ataque blanco, pero en lo que va de 2015 sus bajas cifras están estancando la progresión del equipo.
Según datos que recoge el diario El País, el promedio anotador durante 2014 de la tripleta de ataque fue de 2,2 goles por encuentro, cifra que en lo que va de 2015 se ve reducida al 1,2. Un problema que se ve reflejado en síntomas como solo un disparo de Benzema ante la meta del Athletic el sábado o los siete encuentros seguidos que lleva Bale sin marcar gol.
Tampoco vuelve a su idilio con el gol Cristiano Ronaldo. En los últimos partidos el portugués ya no es que haya conseguido anotar, sino que apenas ha podido rematar a puerta, un anomalía desde su llegada al Real Madrid.
Aunque desde la directiva y el entorno madridista se culpa al estado físico y mental de la plantilla de este declive, son también diversas las voces que apuntan a Ancelotti y su trabajo táctico, así como su 'mano blanca' con los jugadores.
Sin embargo, esta falta de gol parece ir más allá. Dentro del club se está instalando la opinión de que hay que probar el 4-4-2 como sistema, viendo los buenos resultados que dio el año pasado en diversas fases de la temporada. Esta sugerencia tendría como víctimas a Bale o Benzema sobre todo, pero iría destinada a dar más dinamismo al equipo.
Se buscaría así solucionar el problema en ataque, derivado principalmente de falta de asistencias de centrocampistas que habiliten a los atacantes. En ese sentido, las bajas de Modric y James por lesión han dejado todo este peso a Isco, lo que se ha traducido en que lleguen menos balones claros a los delanteros.
Para paliar esta fuga del Madrid, se baraja romper el triplete de ataque y emplear jugadores como Jesé, más proclive a asociarse con el centro del campo para que el ataque no quede tan aislado.
De momento, y a la espera de que vuelvan Modric y James al once, Ancelotti deberá dar con el planteamiento que permita aguantar al Madrid vivo en Liga ante un Clásico, el próximo día 22 de marzo, al que el Barça podría llegar un punto por encima.