Fútbol

Rinus Michels: el general que iluminó al mundo con su 'fútbol total'

Michels, durante la Eurocopa de 1988. Imagen: Wikimedia Commons

El entrenador holandés asombró al mundo del fútbol con una táctica revolucionaria, logrando un subcampeonato del mundo y una Eurocopa con Holanda, y una Copa de Europa con el Ajax, como resalta este perfil de la revista Elite Sport.

'El General'

Eran tiempos de 'guerra fría', período oscuro en el que Estados Unidos y la URSS se empeñaban en atemorizar al resto del mundo con sus juegos bélicos. El negro panorama abierto tras unos años en los que Europa trataba de recuperarse de la devastadora Segunda Guerra Mundial tenía su extensión en el mundo del fútbol con un juego áspero, de organización casi militar, poco dado a las libertades y donde la destrucción prevalecía sobre la construcción. Eran días en los que el 'catenaccio' vivía su máxima expresión. El Milán de Nero Rocco, el Inter de Helenio Herrera y la selección italiana de Ferruccio Valcareggi dominaban territorio europeo con mano de hierro. Italia fue campeona de Europa en el 68 y perdió la final del Mundial contra Brasil en México 70, ante la selección de los Clodoaldo, Gérson, Rivelino, Tostao, Jairzinho, Pelé y Carlos Alberto, probablemente el mejor equipo de la historia. El estilo del 'cerrojo' transalpino se vio comprometido a partir de esa fecha y el testigo de la nueva época del balompié caía en las manos de Rinus Michels.

Apodado como 'El General', el entrenador holandés iluminó al mundo con una táctica diferente, revolucionaria y más vistosa: el 'fútbol total'. Un resumen liviano y sencillo de este sistema táctico reside en que cada jugador que se mueve de su posición es sustituido por otro compañero, de tal manera que los roles asignados inicialmente cambian en virtud de las situaciones del partido. Si a este juego le unimos futbolistas de la talla de Cruyff, Rensenbrink, Krol o Neeskens, en un primer momento, y de Rijkaard, Van Basten y Gullit en un tiempo posterior, la mezcla alcanza una belleza armónica que encandila al aficionado.

La mecha del 'fútbol total' contagió de alegría e intensidad este deporte, con un juego atrevido, moderno, que trajo 'vida' y nuevas ideas al balompié, como también lo hicieron en la ciudadanía las revoluciones estudiantes y sociales en Europa (mayo francés del 68, primavera de Praga, manifestaciones antibelicistas en Estados Unidos). Estas expresiones del pueblo mostraban el cambio, un aire de revolución que llegaba en todas las esferas, la imaginación al poder en el fútbol y en la sociedad en unos años 'vestidos' por el telón de acero y la guerra de Vietnam, entre otros acontecimientos luctuosos. La cultura también tenía su momento. Si Bob Dylan cantaba al mundo que 'The Times They Are a-Changin' ('los tiempos están cambiando'), el cineasta Stanley Kubrick impactaba a los espectadores con su película 'La Naranja Mecánica'.

Este término lo acuñó el fútbol para definir a la selección holandesa de Rinus Michels, subcampeona del mundo en 1974 tras perder la final frente a Alemania Federal por un gol a dos. La sala de trofeos de Holanda se quedó sin la presencia del mayor de todos ellos, la 'Copa Jules Rimet', pero el legado del buen fútbol perdura desde entonces, encarnado en entrenadores posteriores como Johan Cruyff, Van Gaal, Rijkaard o Pep Guardiola.

Michels, el padre de la 'Naranja Mecánica', desarrolló su carrera como futbolista profesional en el Ajax de Amsterdam, donde ganó dos Ligas. En 1965, siete años después, se estrenó como entrenador del equipo 'ajacied' (primer holandés que dirigió al Ajax), que se encontraba en plena lucha por evitar el descenso. Con sus tácticas innovadoras y su mano de hierro convirtió al equipo en campeón de la Copa de Europa en 1971, tras vencer al Panathinaikos (que entrenaba el también mítico Ferenc Puskas) por dos goles a cero. Fue su último encuentro con el Ajax (que posteriormente ganó otras dos Copas de Europa consecutivas) antes de fichar por el FC Barcelona y en ambos contó con la magia del que luego sería su mejor pupilo, Johan Cruyff. Dirigió al equipo español en dos etapas (1971-75 y 1976-78), donde ganó una Copa de Ferias, una Liga y una Copa del Rey. No consiguió la ansiada Copa de Europa con el Barça, campeonato que sí lograría como entrenador 'El Flaco' en 1992.

Holanda, campeona de Europa en 1988

Al 'general' le faltaba culminar su carrera con un título internacional. Su revolución futbolística no podía completarse sin él. Y lo consiguió con una talentosa y nueva generación de jugadores que alcanzaron la gloria en la Eurocopa de 1988. Rijkaard y Koeman lideraban la zaga, Gullit dirigía la orquesta y Van Basten era el ejecutor. Con esa magnífica hornada consiguieron vencer a la selección organizadora, Alemania, por dos goles a uno en semifinales. En la final del torneo, disputada ante la Unión Soviética entrenada por el 'eterno' Valeri Lobanovsky, ganaron por dos tantos a cero, cerrando así el círculo del 'fútbol total' con un trofeo con su selección. Cuatro años después tuvo la oportunidad de hacer doblete en el Campeonato de Europa de Suecia, pero perdió en semifinales en la tanda de penaltis ante la revelación del torneo, Dinamarca, conjunto que acabaría conquistando Europa al ganar en la final a Alemania (2-0). Fue su último capítulo, pero su legado continuará toda la vida.

Hoy se cumplen diez años del fallecimiento de Michels. Un problema con una válvula cardíaca apagó su vida a los 77 años de edad. Pero en nuestra memoria sigue viva su llama, la chispa que encendió una nueva forma de entender el balompié, la herencia por la que se recordará a Holanda como la selección que practicó un nuevo juego, brillante, delicioso. Porque la historia debe a los 'oranje' un Mundial gracias a técnicos como Rinus Michels. Descanse en paz el hombre para quien el fútbol era la guerra.

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