Fútbol

El fracaso de Gareth Bale como líder del Real Madrid

Bale, en el partido contra la Real Sociedad. Imagen: EFE.

Con la ausencia de Cristiano Ronaldo, todas las miradas se desplazaron hacia Gareth Bale en el Real Madrid-Real Sociedad. Se reclamaba del galés que recogiese el testigo del luso en el liderazgo del equipo. Y el de Cardiff fracasó en el objetivo asignado.

El '11' blanco se vio eclipsado de nuevo. Esta vez por dos jugadores: uno que ya se echa el conjunto a la espalda de forma habitual (Isco) y otro que aparece en momentos clave a pesar de su siempre discutida capacidad goleadora (Benzema). En una oportunidad para lucirse y demostrar galones, Bale volvió a quedarse a medias.

Brindó una asistencia a Benzema en el 3-1, pero las sensaciones no hablan de un jugador que sea capital en el Real Madrid. El balón pasa con mucho más peligro por las botas de los Isco, Marcelo, Benzema o incluso James. Sin esta presencia en las jugadas y sin tanta repercusión goleadora (Benzema le pasó el sábado y es el último de la 'BBC' en tantos marcados), Bale aparenta no ser tan imprescindible como otros de sus compañeros en el terreno de juego.

Además, el galés fue de nuevo protagonista por su egoísmo en el terreno de juego. Cuando James estaba en posición de meter el 3-1 a puerta vacía, el '11' se interpuso entre él y el balón, y falló la ocasión disparando de forma más forzada. El cabreo del Bernabéu y del cafetero fue evidente.

Lo cierto es que Bale vive un continuo proceso de autolegitimación desde que llegó al Real Madrid. Muchas sospechas se han levantado acerca del de Cardiff, desde sus repetidas lesiones, hasta su poco sacrificio defensivo, pasando por el exceso de autoindividualismo. El pasado sábado tuvo una buena oportunidad para dar un puñetazo en la mesa, pero no consiguió acallar ninguno de los debates que se ciernen sobre él, e incluso aumentó el que habla de su escaso compañerismo con el balón.

Cristiano volverá en una semana con más oxígeno en las piernas y con la intención de hacer borrón y cuenta nueva tras unas semanas demasiado ruidosas. Mientras tanto, a Bale le queda un partido (contra el Sevilla el miércoles) para demostrar que sí puede ser un auténtico líder en el Real Madrid. Una misión en la que, de momento, ha fracasado de forma clara.

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