
El FC Barcelona tiene atada la llegada de Ariedo Braida como futuro director deportivo del área internacional. Ayer Mundo Deportivo dio a conocer esta futura contratación y hoy ya se da por hecho en el resto de la prensa deportiva. Su función no será la de recoger al 100% el testigo dejado por Zubizarreta, sino ejercer estas funciones, pero sólo fuera de España. En nuestro país Carlos Rexach será, con casi total seguridad, el hombre que desarrollará este papel.
Pero, ¿quién es Braida? Este ex jugador italiano de 68 años ha sido el responsable de la época más gloriosa de los 'rossoneri' y también de un buen puñado de fichajes nefastos desde el punto de vista deportivo y económico.
Llegó a la dirección deportiva del cuadro lombardo en 1986 y lo hizo como manager general. Desde entonces hasta 2002, vivió su época más gloriosa. Responsable de fichar a Van Basten o Rijkaard, la Champions de 1994 lleva impreso su nombre. Eran los días de vino y rosas en el Calcio. Días en los que había dinero para fichar y en los que todas las figuras querían jugar en el país de la bota.
Pero todo cambió con el comienzo de siglo. El dinero no comenzó a fluir con tanta claridad y Braida tuvo problemas para contratar con la contundencia de antaño. Comenzó una época de declive en la que las sombras empezaron a mezclarse con los claros hasta taparlo todo en San Siro.
A Braida se le atribuyen incorporaciones importantes en el comienzo de esta época como Kaká, Shevschenko o Pirlo, pero también llegadas caras y sin rendimiento como las de Redondo, Rivaldo, Robinho o Ronaldinho.
Ya en sus últimos años en Milan, Braida empezó a ver como su gestión ya no era tan efectiva como antaño. Fue así como dejó el equipo con el final de la camapaña 2011-2012. En 2013 estuvo en la Sampdoria, pero en 2014 dejó el cargo.
Hasta ahora, fecha en la que volverá a la actividad para intergrarse en la comisión de expertos que suplirá a Zubizarreta hasta final de temporada. Después, con las elecciones, lo normal es que abandone el cargo a menos que gane Josep María Bartomeu.