
Fernando Torres ya es nuevo jugador del Atlético de Madrid. El delantero madrileño se convirtió ayer, otra vez, en futbolista rojiblanco. Un retorno que despierta muchas dudas deportivas, pero que ha generado un enorme impulso en lo emocional y lo económico para la entidad del Manzanares. Además, su llegada podría servir para algo más: retener a Diego Pablo Simeone en el banquillo del Vicente Calderón hasta, al menos, 2016.
En los últimos meses en la directiva del equipo Atlético se ha observado con preocupación como desde distintos equipos de élite de la Premier League y el Calcio italiano se sondeaba al entorno del entrenador para sondear su fichaje. El Manchester City de Manuel Pellegrini parecía el equipo con más opciones de hacerse con sus servicios. Una posibilidad que dejó de ser un rumor a convertirse en una seria amenaza cuando, en distintas conferencias de prensa, el técnico regateó preguntas vinculadas con su futuro. Era, según la opinión de la directiva atlética, una puerta abierta a su marcha. Y había que cerrarla.
Los próximos al 'Cholo' cuentan que al argentino no le ha gustado que el Atlético no haya peleado más algunas ventas de hombres clave. Tampoco que algunos de los futbolistas preferidos por el argentino para cubrir algunas vacantes hayan sido, finalmente, incorporaciones frustradas.
Por eso había que hacer feliz a Simeone completando la única petición expresa que había hecho en los últimos tiempos. "Fichad a Torres", pidió en su día. Lo confirma Enrique Cerezo. "Es la única cosa que nos ha solicitado en estos años", comentó ayer en la Cadena Ser. Dicho y hecho.
Con esta incorporación, Simeone ve como el club cumple con una de sus peticiones para reforzar el equipo y, de paso, se asegura un hombre de confianza en la plantilla hasta 2016, una fecha en la que ambos iconos rojiblancos, él y el Niño, podrían decir adiós al club de sus amores. Mientras tanto, el Atlético parece haberse asegurado la continuidad de su técnico milagro, al menos, durante temporada y media más.